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21gente lo que tiene que hacer: la labor del filósofo ético es la de mostrar laposibilidad de la acción ética, básicamente mostrando que somos libres y responsables de nuestras acciones.27
Por ejemplo, Jean-Paul Sartre afirmaba:“No podemos decir
a priori
lo que hay que hacer. Creo haberlo mostradosuficientemente al hablarles del caso de ese alumno que me vino a ver[pre-guntando qué debía hacer ante un dilema moral] y que podía dirigirse a todaslas morales, kantiana u otras, sin encontrar ninguna especie de indicación; se vio obligado a inventar él mismosu ley.”
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Una ética normativa, diría Sartre,le dice
a priori
a la gente lo que hay que hacer y, de algún modo, podríamospensar que es casi una forma de lo que él llamaba “mala fe”descargar partede la responsabilidad de nuestras acciones en una guía que nos diga quéhacer en cada ocasión. La moral, para el existencialismo, es algo que inven-tamos con nuestras acciones,no algo que depende de principios morales quenos da una teoría ética. Muchos críticos le reprocharon al existencialismo “elde ser una doctrina formal, incapaz de proponer ningún contenido aestalibertad que quiere comprometida”.
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Pero justamente el existencialismo sepropone no dar ningún contenido moral objetivo, ningún principio de co-rrección moral a partir del cualjustificar nuestras acciones particulares; cadaacción es individual, única y diferente, y la decisión de qué hacer depende delas circunstancias, por eso no sirven las recetas que nos dan laséticas norma-tivas. Como afirma De Beauvoir: “Prácticamente, ¿qué es necesario hacer?¿Cuál acción es buena? ¿Cuál mala? Plantear tal pregunta, es también caer enuna abstracción ingenua. Nopreguntamos a un físico cuáles hipótesis son verdaderas. Ni al artista mediante qué procedimiento podemos fabricar unaobra cuya belleza esté garantizada. La moral, de igual manera que la ciencia y