Investigacion

Katia despertó ante la luz cegadora que entraba por la ventana de la
habitación del hotel. Había dormido bien. Demasiado bien, la verdad. Esa
había sido la primera vez en los últimos meses que no se había prendido
la antigua caja de música en plena noche. Desde que a recibió,
junto con la llave de la casa de sus abuelos, no había habido una sola
madrugada en la que no hubiese soñado aquellamelodía infantil, junto con el movimiento de las figuras.
La caja de música ni siquiera era una caja moderna, era un viejo rectángulo de metal y madera con un mecanismo desgastado para hacerlo funcionar al darle cuerda. Pero Katia no le había dado cuerda y, pese a todo, la música sonaba y la bailarina giraba.
Un día, cansada de todo aquello, hizo las maletas y se fue Merida, una
ciudad cercanal mar, donde se encontraba la casa de sus abuelos maternos. Aunque había heredado la casa de éstos, ella prefirió dormir en el hotel administrado por una amiga de su madre.

Aquella mañana no hacía calor, cosa rara porque estaban en pleno verano. Katia bajó a desayunar temprano, con un libro entre las manos. El olor a pan de naranja y café recién hecho inundaba el ambiente. Nada más entraral comedor, las pocas personas que se encontraban allí a miraron con curiosidad.
-Veo que ya estás despierta -Dijo la dueña del hotel, acercándose -Puedes
sentarte por aquí, junto a la ventana.

-Eres mas fría y cortante de lo que eran tus abuelos
-Y tu te estás entrometiendo demasiado. . .por cierto, ya nadie me llaam Elora. Mi segundo nombre es Katia. - El joven se levantó, riendo-Deberías dejar de leer libros que te sabes de memoria, hay más novelas aparte de ‘Orgullo y Prejuicio’ y no me refiero a ‘Sentido y sensibilidad’

-Y tú como sabes...- la pregunta de Katia fue ahogada por Carola.

-David, hazme el favor de llevarle este paquete al Sr Florence

-Si, madre-dijo el joven, alejándose
Katia se quedó de piedra. Había estado hablando con su amigo de la
infancia y no sehabía percatado.

























-Vamos a ver si lo he entendido-David estaba sentado frente a Katia, en la terraza de un café- Has venido hasta aqui solamente porque la vieja caja de música de tu abuelo se pone en marcha todas las noches a las cuatro de Ia mañana sin tocarlo para nada?
-Exacto-Confirmo la chica. Había decidido contarle a David la razón de suregreso. Después de todo era su amigo y seguramente podría ayudarla, así que había quedado con él para desayunar.
-Bien.. _no se qué decirte... ¿No será que está roto?
-Lo llevé con un especialista del municipio y me dijo que estaba en buenas condiciones
-,y piensas que aquí encontrarás algo?
-No lo sé, pero creo que en la casa de mi abuelo hallaré una explicación lógica.

El moreno miró a lachica, con una sonrisa misteriosa. EI viento removió el cabello castaño claro de la joven.
-Y si no hubiese explicación lógica?
-Imposible. Siempre la hay, David-contestó la joven
-Eres demasiado racional, Katia
-Y tú demasiado fantasioso. Tienes veintidós años, deja de pensar en
fantasmas

-Te atreves a venir conmigo esta noche a esa casa?-retó David-O a
caso tienes miedo de enfrentartea tu pasado y a los fantasmas?
- De acuerdo, iremos. Y te demostraré que los fantasmas no existen



El silencio matinal reinaba en la habitación de Katia. En ese momento, una música infantil inundo el cuarto y la bailarina de la cajita empezzó a girar lentmente
El viento soplaba con fuerza aquel crepúsculo de finales de Julio. Las ramas d los árboles se doblaban como si fueran simplesastillas, las hojas y los papeles se arremolinaban en el aire y en el suelo incluso las señales de tráfico y los folletitos informativos parecían a punto de salir volando
-No puedes hacer que esa cosa se pare?- se volvió a quejar el joven, estaciondo frente a la antigua casa, toda de piedra y con
una entrada de madera y ladrillo.
-Lo siento, pero ya lo he intentado vanas veces y es imposible-...