Jobenes En La Investigasion
Al hacer una reflexión sobre las coincidencias encontradas entre los jóvenes que asistimos a la Primera Reunión de Prospectivas Científicas y Tecnológicas a partir de susjóvenes científicos (entre 30 y 40 años), llevada a cabo la semana pasada en Jalisco y auspiciada por la Academia Mexicana de Ciencias y la Universidad de Guadalajara, podríamos concluir que no hayhallazgos en cuanto a nuestro análisis: la falta de recursos para la investigación (y en realidad para la edu-cación en todos sus niveles) se refleja en las distintas realidades que vivimos.
Hacerevidente nuestra realidad (y demandas) como científicos y vincularla con la sociedad es una de las reflexiones a las que llegamos.
Un ejemplo de nuestra cotidianeidad es la limitada oferta laboralque se traduce en la no generación de nuevas plazas de investigación en los centros de Educación Superior (la UNAM, espejo del país, ha tenido un decremento significativo en el número de plazasnuevas, en particular, en el 2005).
La falta de recursos y oportunidades (sostenida de manera brillante en este sexenio: empezamos con 0.42 y terminamos con 0.33 por ciento del PIB para educación yciencia) nos indica que el envejecimiento de la planta de académicos-investigadores (edad promedio 55 años) tenderá a mantenerse (o incrementarse).
El desarrollo de la investigación por parte de lasactuales generaciones de jóvenes no es, por ende, halagador (sin recursos para desarrollarla, sin plazas, con menos alumnos de posgrado que formar(, pero es el futuro de nuestro país, representadoen las nuevas generaciones el que se vislumbra crítico.
Cambiar el rumbo no es tema de discusión, sino de coincidencia, pero, en lugar de apostarle a convencer al gobierno federal de que debe deinvertir en educación y ciencia creo que nuestra reflexión, auspiciada por las palabras del Ruy Pérez Tamayo, fue encaminada a conminar esfuerzos para convencer a la sociedad civil para que sea ésta...
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