Jon Sarl

3. EL MARIDAJE ENTRE LAS CIENCIAS SOCIALES Y LAS CIENCIAS NATURALES

En el penúltimo párrafo del Prefacio a los Fundamentos de la filosofía del derecho (1820), el filósofo alemán Jorge Guillermo Federico Hegel comparaba la filosofía con el Ave de Minerva, el buho, que siempre levanta su vuelo al atardecer, para dar a entender que la filosofía, como disciplina subsidiaria, siempre llegatarde. En efecto, primero aparece Galileo y luego, pocos años después, Descartes desarrollando una reflexión filosófica sobre los hallazgos del físico italiano y, en general, sobre lo que para él son las reglas del método científico. En forma análoga, primero aparece Newton y cien años después de publicados sus Principios matemáticos de filosofía natural y su sistema del mundo (1687) aparece Kantdándole a la física newtoniana una fundamentación metafísica con su libro Principios Metafísicos de filosofía natural (1787).

Esto nos indica que la filosofía, además de ser la única disciplina que se contiene así misma como objeto de investigación, es una disciplina que siempre tiene que estar acompañada de otra cosa, pues no existe la filosofía a secas. La filosofía es siempre filosofía de X,donde la variable “X” representa cosas tales como la ciencia, el arte, la religión, la política, etc. En este sentido, lo que hacen los filósofos de los siglos XVII y XVIII, es realizar reflexiones de segundo orden, es decir, meta-reflexiones sobre ese trascendental fenómeno de la modernidad: la ciencia, al punto de que se podría decir que así como para la filosofía del siglo XIX la historia fueobjeto central y para la del el siglo XX el lenguaje, para la filosofía de esos siglos el problema del método y, en particular, del método científico, pasa a convertirse en tema por excelencia de la reflexión filosófica, de suerte que buena parte de las discusiones contra la modernidad —entre las que cabe la discusión de la posmodernidad— son discusiones sobre el método o, mejor, contra el método.En este sentido, el díscolo y rebelde discípulo de Popper, Paul Feyerabend, se convierte en el mejor exponente de la filosofía posmodernista de la ciencia, cuya tesis básica se resume, como es sabido, en su lema “todo vale”. A partir de él, todos los epistemólogos posmodernos se encargaran de señalar que todo lo pasado, en especial, el positivismo lógico, está pasado de moda y como tal,corresponde a la modernidad de la filosofía de la ciencia. El problema es que el posmoderno Feyerabend y todo aquel que siga sus pasos debe entrar a cualificar el axioma “todo vale”, so pena de encontrarse con compañeros de viaje que no desea en absoluto, pues como dice Moulines, “el axioma ´todo vale´ debería aplicarse coherentemente a cosas tales como la “física aria” de los nacionalsocialistas o la“biología proletaria” de los estalinistas (y no creo que ni Feyereband en sus momentos más histriónicos hubiera estado dispuesto a admitir tal cosa)”. Por los años 30 del pasado siglo, el más grande filósofo de la ciencia del positivismo lógico, R. Carnap, formuló un principio fundamental, el famoso “Principio de Tolerancia”, que, hasta cierto punto, es una aplicación del principio del “todo vale” aldominio de la lógica y que colocaría a Carnap, a pesar de muchos, en el bando de los posmodernos, si no fuera porque para Carnap el todo vale —refiriéndose, por ejemplo a teorías— sólo si todo está formalizado, mientras que para Feyerabend y sus seguidores posmodernos, el todo vale se cumple siempre y cuando no esté en absoluto formalizado. He ahí la diferencia entre un moderno y un posmodernoen filosofía de la ciencia.

Afirmar que los Siglos XVII y XVIII son en filosofïa los siglos del método, no significa que antes de este período no se hubieran realizado reflexiones filosóficas en torno al método de la ciencia. En la antigua Grecia, Aristóteles —considerado por muchos el primer filósofo de la ciencia— propuso la idea del método axiomático como método ideal para la...