Juventud, violento tesoro

Juventud, violento tesoro

Emergente brutal de la pobreza y la exclusión, el fenómeno de los pibes chorros se extiende entre los sectores mas postergados. El orden social que los demoniza es el mismo que los produce.

Es joven, es pobre, me va a robar. La ecuación es sencilla, por lo menos para una buena parte de la sociedad que querría curar de una vez y para siempre su justificado espanto,pero apenas puede tomar precauciones, todas insuficientes. La delincuencia juvenil es un fenómeno generalizado, así lo aseguran las tomas de rehenes transmitidas en vivo por los canales de TV, los legisladores que multiplican los proyectos restrictivos contra esto y aquello y cualquier vecino al que le pregunten y conteste, temeroso, detrás de rejas y candados. Un complejo fenómeno social, unacultura con nombre y todo: los pibes chorros. Una horda desaforada que provoca terror en la sociedad, la misma sociedad que ha sentado las bases materiales para que la horda exista y crezca, la misma que ejerce sobre la horda su violencia legal, solo para que esta le responda con su violencia sin ley, la sociedad de los adultos buenos y justos que prefieren no tener que preguntarse por qué.

[pic]La delincuencia juvenil no nació de un repollo ni es el producto de una multitudinaria desviación moral que por azar afecta a decenas de miles de jóvenes más o menos marginales. Tiene raíces profundas en la pobreza, la exclusión y la progresiva desarticulación de las redes de contención social – el hogar, la escuela, el trabajo – sobre las que durante décadas se construyo la sociedadargentina, y que hoy, experimenta una crisis sin precedentes.
Parece haber dos caminos para luchar contra la inseguridad, eje de todos los desvelos de funcionarios y ciudadanos, hasta aquí, unos y otros, huérfanos de soluciones más sesudas, han preferido transitar el más corto, poniendo o proponiendo mano dura. Lo que sigue es una breve explicación de por qué nos resulta tan sencillo formular y dar porcierta una ecuación como la del principio, porque en la Argentina de hoy, juventud, pobreza y violencia se escriben irremediablemente juntas.

Sin red
La crisis, que todo lo explica, también aporta el contexto, el feroz caldo de cultivo en el que germina la delincuencia juvenil. Las cifras por sí solas, los números pelados no empujan a nadie a robar, a matar, pero si informan del hambre, permitenentrever la tristeza, hasta pueden vislumbrar el odio. Según el último informe del Indec (mayo de 2003), el 54,7 % de los argentinos vive bajo la línea de pobreza. Pero la miseria se ensaño sobre todo con los mas jóvenes: el 71,2 % de los menores de 14 años (siete millones y medio de chicos) es pobre, y de estos, mas de la mitad vive en hogares indigentes, donde no hay ingresos suficientes paracomprar los alimentos básicos.
El mismo informe dio cuenta de una leve mejora de los índices de desempleo en general, pero arroja resultados alarmantes respecto de los jóvenes. En el área metropolitana, el 51,2 % de los jóvenes entre 15 y 19 años económicamente activos, o sea, que buscan empleo, no lo encuentran. Además se calcula que el 13,1 % de los adolescentes entre 13 y 17 años se encuentranfuera del sistema educativo.
La conjugación de estas cifras (desempleo juvenil y deserción escolar) y otras aporta un numero verdaderamente inquietante según la Consultora Equis, se creen que son casi 1.200.000 los argentinos entre 15 y24 años que no estudian, no trabajan y no buscan empleo. No tienen un futuro, no lo avizoran, no les importa. Están, han quedado, los han puesto al margen de todo.¿Por qué habría de sorprendernos que muchos de ellos estén, también, al margen de la ley?
La violencia delictiva juvenil – robos, asaltos, secuestros – no es, por supuesto patrimonio de la Argentina: se da en las favelas de Río de Janeiro en Brasil o en las comunas de Medellín, Colombia. Ocurre que por primera vez< nuestro país comparte con el resto de América latina índices socioeconómicos de...