la biblia

REFLEXIONES SOBRE EL CUARTO MADNAMIENTO
¿Quién dio los Mandamientos?
Quién más, sino Dios, porque él, es el absoluto Señor y Creador de todo lo creado. Sólo Él puede dar órdenes y exigir sus derechos. Pues, precisamente por eso, dio Diez mandamientos. Los tres primeros mandatos se refieren a sí mismo y los restantes siete mandamientos son para nosotros los hombres. Está a la vista que lassiete exigencias son para nosotros, porque somos incongruentes e inconsecuentes con nuestro prójimo, nuestro próximo. El primer mandamientos sobre Dios dice así: “El primero es: ‘Escucha Israel, el Señor, nuestro Dios, es el único Señor. A Señor tu Dios amarás con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu inteligencia y con todas tus fuerzas’. Y después viene éste: ‘amarás a tu prójimo como a timismo’. No existe otro mandamiento mayor que estos” (Mc 12, 29-31). Los diez mandamientos se han reducido en uno sólo: ¡AMOR!
Ahora bien, el primer mandamiento sobre el prójimo que es nuestro próximo, comienza así: “Honra a tu padre y a tu madre, para que se prolonguen tus días sobre la tierra que el Señor, tu Dios, te va a dar” Ex. 20, 12).
¡Qué casualidad, que los mandamientos que encabezansobre Dios y sobre los hombres, comienza con la Palabra más sublime y divina: ¡AMOR! Para Dios, el corazón de su mensaje y Verdad, está contenido en una sola Palabra: Amor. ¿Por qué? Porque ¡Él mismo es Amor! (1Jn 4, 16). Por eso mismo, quiere y nos exige, que si somos “hijos de Dios”, entonces, seamos consecuentes con nuestro Padre Dios y nuestro padre terrenal: ¡Amemos! ¿Por qué? porque el amores la ciencia de la felicidad, es la esencia de todas las ciencias y es presencia de Dios mismo en notros; por eso nos dice: «el Reino de Dios está dentro de ustedes» (Lc 17, 21) Por eso, quiere que le imitemos. Él sigue vivo entre nosotros amándonos y enseñándonos a Amar. De modo que Teoría y práctica van juntas. Es decir, no sólo nos enseñó clamar: “Señor, Señor, (Misas, rosarios, procesiones,etc.), sino también a “cumplir la voluntad del Padre”. (Mt 7, 31), que significa ¡vivir el Evangelio de Cristo! Por eso, San Agustín decía: “Obras son amores y no buenas razones”; y el apóstol Santiago, con criterio pedagógico, decía: ¿Crees tú que hay un solo Dios? Muy bien. No olvides de que también los demonios creen y, sin embargo tiemblan. Hombre tonto, ¿quieres convencerte de que la fe que noactúa no sirve? […] Ya lo ves: son las obras las que hacen justo (auténtico cristiano) al hombre y no sólo la fe” (Stgo 2, 19-26).
Cuando rezamos el Padrenuestro decimos: “Padre nuestro… santificado sea tu Nombre”… ¿cómo santificamos el nombre de nuestro Padre celestial? Pues, amándole y cumpliendo su voluntad. En esto Nuestro Señor Jesucristo es nuestro único arquetipo para aprender cómo secumple la voluntad del Padre: ¡Hasta la muerte! Y ahora viene mi pregunta, según el Padrenuestro que rezamos todos los días: ¡santificado sea tu nombre! ¿Cómo santificamos, cómo honramos, a nuestro padre terrenal, al que nos engendró, se desveló, nos dio de comer, vestir, educar y que, gracias a él, ahora nos jactamos de autosuficientes en nuestro desempeño profesional? Como ‘humanos que somos’vivimos en un mundo de hedonismo constante de tener más y más, hasta el punto de olvidarnos de nuestro seres amados y aún de nosotros mismos. Mientras que Jesucristo nos enseña lo contrario: “¿De qué le servirá al hombre ganar el mundo entero si se pierde a sí mismo?” (Mt 16, 26). Vivimos saturado de cosas inservibles, y cuando nos cansamos de ellas, nos deshacemos de ellas, hasta que tiramos alrincón de las ‘chatarras’ por si acaso algún día necesitemos. Cuando tenemos cierto apego a ciertas cosas nos cuesta desprendernos de ella, y no lo votamos, sino que tenemos a la vista, como recuerdo porque simboliza nuestra niñez o juventud. Pues bien, si así valoramos a las cosas fútiles, que “hoy son y mañana no son” (Mt 6, 30), ¿cuánto más y mejor deberíamos tratar a nuestro padre que tanto nos...