La Buena "Pega"

LA BUENA “PEGA”
Por Lucy Copaja de Jiménez
Había nacido en pleno altiplano boliviano, crecido en medio del silencio de los cerros y al lado de unas pocas ovejas que tenían la suerte de seguir vivas, pues ese año no hubo sequía. Se acostumbró a escuchar el ritmo del viento que cada día golpeaba su cara y junto al sol la hacían cobriza y paspada(1). Jugaba a veces con pocos niños porque su casaera alejada y tenía que caminar cuatro horas diarias para ir a la escuelita. Era inteligente, lo aprendió de su padre a quien admiraba por su fuerza y energía.
Así era Juancito hasta sus doce años, vinculado a su tierra de Challapata, pueblito perdido en el Altiplano, cerca de Perú y muy cerca del río Desaguadero. Amigo de la soledad…niño feliz que jugaba con pastos secos y piedras calentadas porel sol. Ese año su madre convence a su esposo que se vayan a la ciudad, “no sufriremos jay” le dice, “me han diciho que allá es mejor vida”… El padre de Juancito sabía de la sabiduría de su compañera y asiente apoyando esta decisión.
Llegan a la ciudad de El Alto a un cuartito de varios que se ofrecen en alquiler, con techo de calamina, paredes de adobe(2), compartían la pila común de agua y el“baño” que no era más que un pozo ciego alejado a cuatro cuadras de su cuartucho. Le dolía ver a su padre trabajar como “aparapita”(3) y a su madre ayudarlo de vez en cuando. “Vas a estudiar huaynucho”(4) le decía su madre que estaba embarazada de nuevo, “tu escuela queda cerca ya no caminarás tanto”. Falta de alimento, pobreza que inunda su pequeña habitación, de vez en cuando recibía papa y oca dela cosecha que le enviaba su abuelita.
Sometiéndose al querer de su madre fue a la escuelita, sin darse cuenta llegó a salir bachiller a pesar de las burlas de sus amigos, con otros que tenían igual realidad a la suya, en medio de renuncias económicas, con su hermana que trabajaba de empleada con una señorita de la zona sur. Algo adentro le daba seguridad y fuerza estoica para aguantar estosdesmanes.
“Ya he terminado con mi responsabilidad, eres bachiller, irás al cuartel” le dijo su padre. El buen Juan se vio pronto en el cuartel, “se sufre duro” dijo, pero como era bachiller su Mayor Mamani le confiaba trabajos de oficina. El tiempo pasó como si nada y ya se sentía “hombrecito” –así decían sus familiares- “ya eres hombrecito”. Su madre con su sonrisa, ocultando el cansancio sinquejarse; su padre había aprendido a tomar alcohol puro y ya no era el hombre fuerte que admiraba.
Espíritu tenaz, corazón fuerte, Juancito decidido osó entrar a la UPEA - universidad estatal de El Alto. Varios años de estudio, ayudaba en una fotocopiadora, con eso se pagaba el “tecito” del kiosko que era agua teñida con una marraqueta, aprovechaba de sacar fotocopias a las tareas de su Carrera:Turismo. A veces se aplazaba y repetía el curso –total no tenía apuro, era “huaynucho” aún- su estómago se había acostumbrado a sopitas de un Boliviano vendidas en la calle, no iba al médico cuando tenía diarrea o cuando la gripe azotaba sus pulmones, su madre le daba mates de ayrampu y le enseñó a mascar coca, la que disimulaba el hambre y le daba cierta energía.
No alcanzó a egresar de la carrerade Turismo, un amigo le ayudó y se metió a trabajar en la Alcaldía en la comisión de “culturas”, se familiarizó con el teje y maneje de los políticos de la “Honorable” Alcaldía, los acompañaba a sus viajes de campaña, les contaba las cualidades y desventajas de cada pueblo, los preparaba para sus discursos, veía cómo mentían prometiendo al pueblo el paraíso, el cambio, la transformación de lasclases oprimidas; se daba cuenta que eran pamplinas para ganarse votos; aprendió a “tener muñeca”, es decir la capacidad de abrir camino a otras personas y ayudarles a conseguirles algún “puesto” por algunos pesos que le venían bien para su madre y su hermana. Su padre había muerto por cirrosis.
A veces en la noche quería acordarse de su pueblo pero –cuando veía la televisión que se había...