La Caida

La caída
Sábado 28 de Abril 2012. Sábado 18 de Mayo 2012 Wilma Ortega Ferrada
Una larga lista de quehaceres se escribía en su agenda ese día. Pensó que era tarde ehizo detener el taxi sobre el estacionamiento. Atravesaría directo al frente. Tenía el tiempo justo. El tráfico, inagotable. Ahí no hay paso de cebra. Siente temor de hacerlo, de atravesar así derepente, en un suspiro de los autos. Mide con la mirada el segundo necesario para alcanzar el centro de la calzada. Necesita calcular, no solo el segundo de escases de vehículos por la vía que va haciael sur sino además la velocidad con que doblan hacia el poniente por la vía que va hacia el norte. Hace el primer cruce y llega al centro de la calzada, sobre una platabanda. Debe aguardar ahí hastaque pueda cruzar la segunda calzada y alcanzar la vereda oriente de la vía. Esta esperando hacer el segundo cruce. Repentinamente siente un murmullo suave pero persistente. Mira hacia el lugar dondeesta parada y observa que se encuentra arriba de la rejilla de cemento que es boca de aireación del metro subterráneo. Mierda! Con el apuro de cruzar, otra vez no se dio cuenta en el lugar en que separo! Un olor nauseabundo, como de podredumbre de basura, como de retrete miserable sube por sus narices. No es la primera vez que siente ese olor. Tiempo atrás, cuando atravesó la calzada desde elmismo lugar, sintió el mismo olor seguido de ruidos extraños, por lo que sintió mucho miedo. Prometió no volver a pararse en ese lugar. Y ahí estaba de nuevo. Se encontraba haciendo estas reflexionescuando, en cuestión de milésimas de segundos, una bocanada de aire la hace tambalear como si pudiera caer al suelo.
Esta cayendo rápidamente. No sabe exactamente cuantos metros ha descendido pero porla rapidez con que va se puede suponer que viaja hacia el centro de no sabe que, a mucha, mucha velocidad. Tiene los ojos cerrados porque aunque los llevase abiertos nada podría ver de obscuro que...