La campaña presidencial de 1927-1928 y el ocaso del caudillismo
En la sucesión presidencial de Plutarco Elías Calles la clase política se concentró en torno de las dos figuras el caudillo y elpresidente en funciones. El presunto heredero de la presidencia, el general Francisco R. Serrano, perdió todo el apoyo a partir de que el caudillo Álvaro Obregón decidía volver a la silla.
Lasituación del general Arnulfo R. Gómez, el otro aspirante al puesto, desde el principio fue diferente a la de Serrano, porque carecía de trayectoria política y, por lo tanto, no era un personaje de relieve,pero fue de los primeros en darse cuenta de que la suerte estaba echada desde el principio de la campaña.
La lógica más elemental en 1926 apuntaba hacia un militar como el sucesor del presidenteCalles. El ejército era el grupo político dominante, y no existía nadie fuera de su círculo capaz de aspirar a la silla. El caudillo -con todo su poder- parecía retirado de lo que fue la mayor ambición desu vida, por lo que el sucesor de Calles debía ser algún elemento de clara notoriedad, con ascendiente político, con un número significativo de generales con mando de tropas y, de manera muyimportante, contar con la bendición del general Obregón para ser su heredero y albacea político.
El caudillismo, conformando toda una institución, aseguro el regreso de quien contaba con todos los recursosnecesarios para aplastar a sus oponentes.
Desde 1927 se había planteado la próxima sucesión presidencial y los grupos obregonistas pensaron en reelegir a su líder. Una reforma constitucional buscólegitimar las pretensiones reeleccionistas, pero eso no eliminó la sensación general de que se regresaba al pasado, y de que un nuevo dictador tocaba las puertas.
Gómez y Serrano planeabanlevantarse en armas contra Calles y a Obregón durante unas maniobras militares nocturnas pero fueron descubiertos y ni calles ni Obregón asistieron pero si dieron órdenes de aprehenderlos y fusilar a Gómez...
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