LA CELULA
“Siquieres entender con una certeza igual a la de que dos y dos son cuatro lo valiosas e importantes que son las oraciones prescritas, con qué poco gasto se obtienen y qué loca y dañina es la personaque las deja de lado, prestad atención a la siguiente historia que está escrita en forma de una comparación:
Una vez, un poderoso gobernante dio a dos de sus criados veinticuatro piezas de oro y lesenvió a establecerse a una de sus ricas granjas que estaban situadas a una distancia de dos meses caminando. “Usad el dinero para vuestros billetes”, les ordenó, “y comprad lo que sea necesario paravuestra casa allí. Hay una estación a un día de camino de la granja. Y hay transporte por carretera y ferrocarril así como barcos y aviones.”
Los dos sirvientes partieron tras recibir estasinstrucciones. Uno de ellos fue tan afortunado que gastó una pequeña cantidad de dinero en el camino a la estación. E incluido en ese gasto había un asunto tan rentable y agradable a los ojos de su señor que sucapital aumentó en mil veces. En cuanto al otro sirviente, que era desafortunado y vago, gastó veintitrés piezas de oro durante el camino a la estación en juegos de azar y entretenimientos. Sólo lequedó una sola pieza de oro. Un amigo le dijo: “Gasta la última pieza de oro en un billete, de modo que no tengas que recorrer el largo viaje y pasar hambre. Además, nuestro señor es generoso, tal vezva a tener piedad de ti y te perdonará tus faltas, y te pondrá en un avión también. Entonces, llegaremos a donde vamos a vivir en un solo día. De lo contrario, te verás obligado a caminar solo yhambriento por un desierto que tardarás dos meses en cruzar”. La persona menos inteligente puede entender lo tonto, dañino y absurdo que sería si, debido a su obstinación, él no gastara esa sola moneda...
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