LA CORRUPCION EN LA GESTION PUBLICA
Páginas: 28 (6975 palabras)
Publicado: 25 de mayo de 2013
LUCHA CONTRA LA CORRUPCION: ESTRATEGIAS Y PLANES
Napoleón Saltos Galarza
BALANCE NECESARIO
La lucha contra la corrupción cobra identidad y fuerza a nivel internacional, en torno a la década del setenta, a raíz de la reacción ante los acontecimientos del Watergate y Loockheed en Estados Unidos y de la preocupación por los impactos del soborno en la competencia internacional.
“Elbalance de los logros y fracasos del movimiento internacional anticorrupción, iniciado en los años setenta, oscila entre el reconocimiento de avances indiscutibles y cierto escepticismo. Destaca, entre los primeros, su contribución a la toma de conciencia del problema por parte de la comunidad internacional. También, la ruptura de una inercia histórica, en virtud de la cual la corrupción o eratolerada o no se le prestaba la suficiente atención. Finalmente, el establecimiento de las bases de una cultura, unos principios y un lenguaje comunes, indispensables para la adopción de un marco jurídico de alcance supranacional”[1]
Los avances se dan sobre todo en el campo de la percepción y visibilización del problema. La generalización de la democracia como sistema político, crea un climamás transparente del manejo de lo público, sobre todo por el papel decisivo que juega la opinión pública en la toma de decisiones.
Las discusiones funcionalistas sobre la utilidad de la corrupción abordadas en los años sesenta pierden espacio. Se reconoce la corrupción como un mal que socava los fundamentos de la economía y la política.
La lucha contra la corrupción se orientaespecialmente a la denuncia del problema. Surgen los índices para medir la corrupción desde la percepción de la corrupción por parte de diversos actores sociales. En el caso de Transparencia Internacional, se basa en la opinión de los sectores empresariales y oficinas especializadas en riesgo de inversiones.
Sin embargo el entusiasmo inicial empieza a enfriarse por los resultados limitados enel enfrentamiento al mal. La visión inicial era que “un Estado democrático de Derecho es el sistema político que menos favorece la corrupción y es el sistema político que mejor lucha contra la corrupción”[2] Empero los resultados de la democracia no han sido totalmente efectivos en la lucha contra la impunidad y en la construcción de una nueva ética positiva.
En el propio campo de ladenuncia del problema, hoy las búsquedas se orientan a la definición de índices de “segunda generación”, que vayan más allá de la opinión, y permitan reconocer la realidad de la corrupción y la eficacia de las medidas para enfrentarla.
Este es uno de los signos del momento de inflexión que vive la democracia en este tiempo de globalización. “La corriente precursora de una democracia global sesiente un poco frustrada a la vista de las expectativas abocadas a finales de los años 80 y principios de los 90... A menudo, gobiernos democráticamente electos han sido caracterizados por la corrupción la incompetencia y la inestabilidad... Hoy muchos de los procesos de democratización parecen encontrarse en una situación de fragilidad política e incluso de fracaso potencial... De este modo, elentusiasmo inicial parece haberse convertido en una frustración creciente frente a las insuficiencias de las democracias restauradas o emergentes y la lentitud de los procesos de democratización en muchos países en desarrollo”[3]
El movimiento internacional contra la corrupción se ha diluido en muchos aspectos en “solemnes declaraciones, (que) por sí solas, no bastan. No cabe ignorar que talmovimiento ha respondido en no escasa medida a una presión mediática, singularmente en los años noventa, en atención a las inusitadas proporciones adquiridas por la corrupción a partir de entonces. Ello vino a provocar lo que MANACORDA define como ‘competizione virtuosa’ de las diferentes Organizaciones, dentro de un proceso cuasi osmótico del que ninguna instancia ha querido marginarse. (...)...
Napoleón Saltos Galarza
BALANCE NECESARIO
La lucha contra la corrupción cobra identidad y fuerza a nivel internacional, en torno a la década del setenta, a raíz de la reacción ante los acontecimientos del Watergate y Loockheed en Estados Unidos y de la preocupación por los impactos del soborno en la competencia internacional.
“Elbalance de los logros y fracasos del movimiento internacional anticorrupción, iniciado en los años setenta, oscila entre el reconocimiento de avances indiscutibles y cierto escepticismo. Destaca, entre los primeros, su contribución a la toma de conciencia del problema por parte de la comunidad internacional. También, la ruptura de una inercia histórica, en virtud de la cual la corrupción o eratolerada o no se le prestaba la suficiente atención. Finalmente, el establecimiento de las bases de una cultura, unos principios y un lenguaje comunes, indispensables para la adopción de un marco jurídico de alcance supranacional”[1]
Los avances se dan sobre todo en el campo de la percepción y visibilización del problema. La generalización de la democracia como sistema político, crea un climamás transparente del manejo de lo público, sobre todo por el papel decisivo que juega la opinión pública en la toma de decisiones.
Las discusiones funcionalistas sobre la utilidad de la corrupción abordadas en los años sesenta pierden espacio. Se reconoce la corrupción como un mal que socava los fundamentos de la economía y la política.
La lucha contra la corrupción se orientaespecialmente a la denuncia del problema. Surgen los índices para medir la corrupción desde la percepción de la corrupción por parte de diversos actores sociales. En el caso de Transparencia Internacional, se basa en la opinión de los sectores empresariales y oficinas especializadas en riesgo de inversiones.
Sin embargo el entusiasmo inicial empieza a enfriarse por los resultados limitados enel enfrentamiento al mal. La visión inicial era que “un Estado democrático de Derecho es el sistema político que menos favorece la corrupción y es el sistema político que mejor lucha contra la corrupción”[2] Empero los resultados de la democracia no han sido totalmente efectivos en la lucha contra la impunidad y en la construcción de una nueva ética positiva.
En el propio campo de ladenuncia del problema, hoy las búsquedas se orientan a la definición de índices de “segunda generación”, que vayan más allá de la opinión, y permitan reconocer la realidad de la corrupción y la eficacia de las medidas para enfrentarla.
Este es uno de los signos del momento de inflexión que vive la democracia en este tiempo de globalización. “La corriente precursora de una democracia global sesiente un poco frustrada a la vista de las expectativas abocadas a finales de los años 80 y principios de los 90... A menudo, gobiernos democráticamente electos han sido caracterizados por la corrupción la incompetencia y la inestabilidad... Hoy muchos de los procesos de democratización parecen encontrarse en una situación de fragilidad política e incluso de fracaso potencial... De este modo, elentusiasmo inicial parece haberse convertido en una frustración creciente frente a las insuficiencias de las democracias restauradas o emergentes y la lentitud de los procesos de democratización en muchos países en desarrollo”[3]
El movimiento internacional contra la corrupción se ha diluido en muchos aspectos en “solemnes declaraciones, (que) por sí solas, no bastan. No cabe ignorar que talmovimiento ha respondido en no escasa medida a una presión mediática, singularmente en los años noventa, en atención a las inusitadas proporciones adquiridas por la corrupción a partir de entonces. Ello vino a provocar lo que MANACORDA define como ‘competizione virtuosa’ de las diferentes Organizaciones, dentro de un proceso cuasi osmótico del que ninguna instancia ha querido marginarse. (...)...
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