la cosa- umberto eco

Páginas: 6 (1459 palabras) Publicado: 22 de febrero de 2015
La cosa1
¿Cómo va eso, profesor?, preguntó el general con un movimiento de impaciencia.
¿El qué?, dijo el profesor Ka. Pero estaba claro que quería ganar tiempo.
Hace cinco años que trabaja aquí y nadie le ha molestado jamás. Hemos tenido confianza en usted. Pero no podemos confiar eternamente en su palabra. Ahora hay que ver algo.
Había un matiz de amenaza en la voz del general, y Ka hizoun gesto de cansancio; luego sonrió.
Me ha cogido usted por el punto más débil, general –dijo-. Quería esperar aún, pero ahora me ha provocado. He hecho algo –su voz se hizo casi un susurro-. Algo grande... ¡Y, por el Sol, es preciso que se conozca!
Hizo un gesto como para introducir al general en el interior de la caverna. Le guió hacia el fondo, hasta un punto iluminado por un haz de luz queentraba a través de una estrecha abertura en el muro. Y allí, sobre una superficie pulida, le mostró la cosa.
Era un objeto en forma de almendra, más bien aplastado, con la superficie trabajada a base de numerosas facetas, como un enorme diamante, pero opaco, con reflejos casi metálicos.
Bueno, -dijo el general, perplejo-. Es una piedra.
Por los ojos azul celeste, coronados por unas cejasespesas, híspidas y enmarañadas, pasó un relámpago de malicia.
Sí –dijo-, es una piedra, pero no para dejarla en la tierra, entre las demás piedras, sino para empuñarla...
¿Para emp...?
Para empuñarla, general: en esa piedra hay tanta potencia como jamás ha podido soñar la humanidad: contiene el secreto de la energía, la fuerza de un millón de hombres. Mire...
Curvó los dedos como ganchos, enarcó lapalma de la mano al tiempo que la aplicaba sobre la piedra para hacer presa en ella; luego alzó las manos y, con la mano, la piedra. La mano se adhería a la piedra, la parte más maciza de ella se adhería a la palma y a los dedos, mientras la punta surgía y avanzaba hacia el suelo, hacia arriba, hacia el general; según el profesor moviera la muñeca. El profesor agitó el brazo con violencia, y lapunta de la piedra describió una trayectoria en el espacio. El profesor lanzó el brazo de arriba abajo hasta que la punta de la piedra encontró la roca friable de la superficie. Y entonces ocurrió el prodigio: la punta golpeó la roca, penetró en ella profundamente, la arañó, la resquebrajó. Al repetir el profesor su gesto, la punta iba mordiendo la roca practicando en ella primero un desgaste,luego un agujero y al fin un vasto cráter, hiriéndola, partiéndola, pulverizándola.
El general contemplaba con los ojos desorbitados, conteniendo la respiración.
Y esto no es nada –dijo el profesor con aire de triunfo-. Esto no es nada, a pesar de que con los dedos usted no habría conseguido jamás hacer nada parecido. ¡Mire ahora! –cogió de un rincón un gran coco, tosco, duro, inatacable, y se lotendió al general-. Pruebe a apretarlo con las dos manos a ver si lo parte.
Bueno, Ka –dijo el general, con voz temblorosa-. Usted sabe perfectamente que no se puede, que ninguno de nosotros sería capaz de hacerlo... Sólo un dinosaurio lo consigue con el golpe de su zarpa, y sólo el dinosaurio puede comerse su pulpa y beberse su jugo...
Bien –la voz del profesor estaba saturada de excitación-.¡Ahora mire!
Cogió el coco y lo puso sobre la superficie, en el cráter que acababa de excavar; aferró la piedra por la parte puesta, empuñándola por la punta, y dejando libre la parte maciza. Su brazo realizó un movimiento rápido, aparentemente sin esfuerzo, y la piedra golpeó contra el fruto partiéndolo. El lico se derramó sobre la roca, y en su concavidad quedaron trozos de cáscara que mostrabanla pulpa interna, blanca y húmeda, fresca, invitando a comerla. El general aferró uno de esos trozos y se lo llevó ávidamente a la boca. Miraba la piedra, a Ka, a lo que había sido un coco, y parecía haber perdido el habla.
¡Por el Sol, ka! Esto es algo maravilloso. Con esta ‘cosa’ el hombre ha centuplicado su fuerza, puede hacer frente a cualquier dinosaurio... Se ha hecho dueño de la roca, y...
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