La Fecundidad De Lo Inesperado.
Pretender, comofrecuentemente vemos ahora, que los complejos problemas de nuestro complejo mundo se pueden afrontar con soluciones simples es no sólo una barbaridad teórica sino que supone no poder retirar nuestrocuello del arco de caída de la espada económica de Damocles. Sin embargo parece que la simplicidad tiene un efecto epidémico, al menos en política, porque éste es quizá el momento en que más líderestenemos encallados en aquello que Burckhardt llamó “terribles simplificateurs”. Estos verdugos de la inteligencia, representantes de la España de orinal y palangana, nos arrastran por el fango de lamezquina euroeconomía. La política ha perdido su valor, se ha trivializado, al igual que ha ocurrido en otros ámbitos de nuestra sociedad, como el cultural. En ese proceso de trivialización generalhemos olvidado hace años que el capitalismo se basa en el desequilibrio, y ahora, brutalmente, nos damos cuenta de ello.
España, que durante más de dos siglos, estuvo ausente de las corrientes que entoda Europa pugnaban para conseguir la autonomía en el comportamiento moral, debe algunas de sus múltiples desgracias al pernicioso influjo de la Iglesia Católica. Mientras Europa, desde el sigloXVIII, adquiere una moral laica, de abundante contenido individualista, que generó una ética del deber, nosotros, ¡ay!, continuábamos pendientes de nuestro futuro post-mortem, dejando un poco de lado loque ocurría a este lado de la frontera. Y, cuando al fin, dirigimos el rumbo hacia la autonomía moral tomamos la derrota de lo empírico y pragmático. Mal viaje. Y en este viaje seguimos.
Pero los...
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