la formacion docente

La formación permanente de los profesores. ¿Una
ruptura en la vida cotidiana de los sistemas educativos?
María Guadalupe Moreno Bayardo*

D

iversos documentos en los que se
abordan asuntos relacionados con
la formación de profesores coinciden fácilmente en la afirmación
de que ésta habrá de ser una formación con
carácter permanente. Los argumentos en que
se sustenta dicha afirmaciónaparecen también de manera reiterada: una sociedad en
constante transformación; la necesidad de
desarrollar la capacidad para enfrentarse a
una sociedad cambiante; la importancia de
desarrollar competencias para el ejercicio de
una profesión que tiene lugar en múltiples
escenarios, cada uno con sus peculiaridades
y necesidades; el ritmo acelerado con el que
se genera conocimiento científico ytecnológico; la imposibilidad de que los procesos de
formación inicial para una profesión agoten
todo lo que es necesario aprender para un
ejercicio actualizado de la misma, así como
la necesidad de generar prácticas educativas
de mejor nivel de calidad, entre otros.
La adopción, en el ámbito del discurso, de
ideas como las expresadas en los argumentos
del párrafo anterior es quizá mássencilla y
tiene menos implicaciones que la incorporación real de la formación permanente de
los profesores en un proyecto que no sólo sea
prioritario para los sistemas y las instituciones educativas, sino que también se inserte
significativamente en el proyecto de vida de
cada profesor.
Pero el asunto va más allá de meras diferencias entre el discurso y la acción, se encamina hacia una cuestiónde análisis de la
posibilidad real de que la formación perma-

nente de los profesores, en sus diversas modalidades, pueda generar rupturas significativas en la vida cotidiana de los profesores en
ejercicio. Al llegar a este punto es necesario
precisar, al menos de manera breve, algunas
ideas en torno a la vida cotidiana.
Salgueiro (1998: 28), siguiendo los planteamientos de Heller, hacenotar que “el individuo, de la vida cotidiana, considera su
ambiente como algo dado; es decir, para él su
campo de acción y sus alternativas ya están
definidas y sus posibilidades limitadas. Se
apropia espontáneamente de los sistemas de
usos, de costumbres y de instituciones de su
ambiente y dentro de estos límites construye
su pequeño mundo”. Si bien esto es necesario
para la supervivencia yla reproducción social, puede llegar a constituirse en una rígida
estructura de adaptación del individuo a su
mundo en la que éste no encuentre margen
de desarrollo; se habla entonces de una vida
cotidiana alienada.
Sin embargo, Candau (referido por Salgueiro, 1998) señala que en toda actividad
humana hay momentos de ruptura con lo
cotidiano, momentos que suponen una explicitación en elámbito de la conciencia reflexiva y crítica, misma que posibilita que el
individuo pueda operar una selección en la
estructura de hábitos y actividades vitales cotidianas, movido por su concepción de mundo. Es así que la persona puede lograr hacer
una síntesis de la orientación general en el
sentido de la especie y de las circunstancias
individuales, que le permite la conducción de
su vida.*Coordinadora del Doctorado en Educación en el Departamento de Educación de la Universidad de Guadalajara.
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Abril-Junio 2006

Pues bien, en los planteamientos generales
de este trabajo, aun reconociendo que la vida
cotidiana de los profesores en ejercicio está
hasta cierto punto determinada por múltiples
circunstancias existentes en los niveles macro
y micro; se asume y se apuesta ala posibilidad de que el individuo llegue a esa síntesis
que le permita desenvolverse en el ámbito de
lo cotidiano desde la certeza de que éste no
es inmutable y de que tiene sentido participar
en procesos que lo mantengan inmerso en una
dinámica de formación permanente. En este
marco de ideas y con la intención de ir valorando en toda su extensión el sentido y las
implicaciones de la...