La Historia Adelante

La historia adelante, es una porción tomada de mi libro más reciente, La Ciudad de
Cartón, Una reflexión sobre el orden existencial.
Los derechos de autor protegen de plagio todo lo relacionado con esta obra, favor de
respetar todas sus estipulaciones. Sólo debe usarse como parte de los cursos de Fe
Cristiana y Dimensiones Éticas que ofrece este servidor.
Gracias por su comprensión.
Dr. VíctorManuel Rivera
La Ciudad de Cartón
Capítulo 4, 5 y 11
Sentada estaba al borde de la acera con la cabeza descansando sobre unos brazos
flacos y marcados por pinchaduras, apoyados sobre sus rodillas; extendidos hacia el frente
como si esperaran algo. Era la hora de más alta congestión vehicular de aquel día: la
avenida estaba atestada de automóviles calientes por el Sol y por el hace tiempo que no semovían. También de camiones que despedían espeso humo tóxico, del que al pegarse a la
ropa deja un tizne negro y polvoriento.
El sonido repetido de las bocinas de carros y camiones, junto al ruido de sus
motores y el vociferar de los conductores cargaba aún más el ambiente gris sin esperanza
que envolvía su vida. Los pocos que la avistaron -esto a pesar de que estaba en el centro
de atención frentea la gasolinera que ubicaba en la esquina del semáforo- viraban de
súbito sus rostros hacia otra dirección. Es que la muchacha que vestía mahones
desteñidos, sucios y desechos dejaba a la vista una gran mancha de sangre que provenía
de entre sus piernas abiertas…
Cuando me le acerqué, ni cuenta se dio de mi presencia. Enseguida empecé a
sentir no sé que, como si de ella emanara gran angustia,melancolía y ganas de morir;
síntomas todos de la gran depresión que parecía sufría aquella niña. Sí, parecía una niña,
puesto que su cuerpo era tan pequeño y delgado. Aparentaba tener unos veintitrés años de
edad, no más de eso.
El ambiente a su derredor parecía estar contaminado con los sentimientos de
aquella pobre e infeliz criatura. No sólo eso, también un profundo hedor que provenía de
unamezcla de sudor, sucio y sangre podrida, debido al estado menstruar en que se
encontraba se podía percibir a distancia. La harapienta jovencita parecía haber perdido
interés en sí misma y en lo que cualquiera pudiera pensar sobre ella. También su pelo, el
que un día pareció ser un rubio natural, ahora dejaba notar su ausencia debido a la falta de
higiene.
Por fin logré su atención, me dijo que sellamaba Alondra y enseguida supe por qué
lo de la pérdida de su cabello: la pobre criatura se rascaba la cabeza con desesperación,
como lo haría un perrito sarnoso. El picor que sentía era causado por el mucho tiempo que
hacía que no se lavaba la cabeza. Lo que la llevaba a que literalmente se arrancara lo
pelos de raíz con las pocas uñas sucias que le quedaban dejando marcas sobre marcas en
lasuperficie llagosa de una cabeza pequeña rústicamente rapada.
“La niña de ayer murió, la que hoy ambula por las calles de la ciudad es otra
persona: un espectro de niña tercermundista de las que buscan alimento entre basura bajo
la mirada acechante de buitres hambrientos.” Me dijo una señora muy bien vestida que

hacía notar mucho verbo pero que no quiso dar su nombre. Me contó que un tal Pietri hizode aquella bella princesa una muñeca de trapo, a la cual sometía a grandes sacrificios
buscando saciar su feroz apetito sexual. También supe que aquel mal hombre la entregó a
un desconocido después de que la perdiera al apostarla en un juego de cartas. El otro
hombre, mucho mayor que ella, viejo y borracho, se llevó para su casa a la inofensiva
mujer haciéndola presa de sus caprichos y maltratos.Hasta que por fin y luego de mucho
sufrimiento la infeliz mujer logró escapar. Viéndose en la calle y sin saber qué hacer, se
perdió entre la turbulencia y bullicio de la Gran Ciudad y sus vicios.

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Le pregunté que si accedía a que dialogáramos, lo que aceptó si antes le daba unos
cuantos dólares. Una vez agarró el dinero con una de sus manos de niña tercermundista se
levantó de aquel incómodo...