La leyenda de la llorona
Este era el lamento que continuamente se escuchaba en la ciudad de México: ¡Ay de mis hijos, que será de mis hijos!
Se daba el toque de queda en la catedral y todos loshabitantes de la ciudad cerraban las puertas de sus casas con cuanto tuvieran a la mano. Se encerraban, ¡La llorona! Clamaba la gente y del puro susto apenas podían murmurar una pequeña oración y conla mano temblorosa hacían la señal de la cruz. Las mujeres oprimían sus rosarios con el corazón, cruces o imágenes que llevaban colgando de sus cuellos. La ciudad vivía verdaderamente aterrorizada.Cuando se escuchaban los gemidos de esta mujer, más de algún valiente quiso salir a ver quien era la persona que emitía esos gritos tan angustiosos, costándole en ocasiones a unos la vida o aotros el juicio que veían perdidos por el susto. Se decía que esto era cosa de ultratumba, pues si se tratara de gritos humanos, éstos no se escucharían a más de tres calles de distancia y sin embargoestos lamentos se oían por toda la ciudad; traspasaban paredes y todos los habitantes los escuchaban.
La llorona era una mujer que flotaba en el aire, con un vestido blanco y cubría su descarnadorostro con un velo muy suave, que permitía verle la calavera de su cara. Cruzaba toda la ciudad con mucha lentitud; unas noches por unas calles o plazas y otras por distintas callejuelas; dicen losque la vieron que alzaba los brazos y emitía aquel quejido angustioso que asustaba a todos los que la escuchaban: ¡Ay, ay de mis hijos, que será de mis hijos! Luego se desvanecía en el aire y setrasladaba a otro sitio a emitir sus quejidos.
Caminaba hacia la orilla del lago caminando lentamente y ahí se perdía, se vaporizaba en el aire y se perdía de vista, no se sabe si se sumergía en lasaguas o se disolvía, puesto que los que la llegaron a seguir, dicen que en este sitio se perdía de vista. Esto pasaba todas las noches en la ciudad de México y verdaderamente tenía inquietos a los...
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