la locura
Esta controversia[i] trata sobre la determinación del ser de la locura. No es un asunto arbitrario y accidental, puesto quetransforma en su esencia las prácticas del historiador y del filósofo. Cuando la historia y la filosofía corren el riesgo de pensar la locura y de atravesar su peligro, no salen nunca indemnes, y su identidad se ve radicalmente alterada.
La locura no es el objeto del libro de Foucault, puesto que éste no toma exactamente la locura como un objeto que sería posible representar y controlar con unconcepto. Foucault más bien hace de la locura el sujeto de su libro; ha “querido que la locura fuese el sujeto de su libro [...]: el tema de su libro y el sujeto hablante, el autor de su libro, la locura hablando de sí”.[ii] Toda la discusión con Foucault va a realizarse sobre la posibilidad, filosófica e histórica, de hacer de la locura un objeto o un sujeto. Derrida va a demostrar que nunca sehace de la locura un objeto sino cuando se intenta hacer con ella un sujeto: el proyecto foucaultiano de hablar de la locura o de dejarla hablar es, pues, un proyecto tanto más necesario e inevitable cuanto que es imposible para la filosofia y la historia.
La historia de la locura en la época clásica
Publicada por primera vez en 1961, luego reeditada en 1972, La historia de la locura en la épocaclásica distingue tres épocas de la locura: el Renacimiento, época del embarco de los locos; la época clásica en los siglos XVII y XVIII, época de su encierro en el Hospital general; y la época moderna, la de la ilusión de su liberación por Pinel y de su medicalización.[iii]
A través de esta periodización, se trata de mostrar que la división razón/locura es “una división originaria” de Occidente,lo que Foucault llama una “estructura”: “Estructura de la experiencia de la locura, que es por completo de la historia, pero que reside en sus confines y allí donde ella se decide”.[iv] La división entre la razón y la locura es pues la posibilidad misma de la historia, puesto que no hay historia sino a partir de la división entre logos y a-logos. En este sentido, la locura no puede ser sino loausente de la historia, de allí la necesidad de una historia de la locura.
Foucault muestra en su libro que el saber y la práctica psiquiátricos son cómplices y solidarios de la exclusión de la locura. Señala entonces la afinidad y la comunidad de pertenencia del Discurso del método de Descartes, publicado en 1637 y del “gran encierro” de los locos en 1656. Uno y otro participan de la constituciónde la razón moderna que se instituye excluyendo la locura como a su otro.
Foucault comenta el siguiente texto de las Meditaciones metafísicas de Descartes: “¿Cómo podría negar que estas manos y este cuerpo son míos, si no comparándome con ciertos insensatos en quienes el cerebro está tan perturbado y ofuscado por los negros vapores de la bilis que los hace constantemente aseverar que son muypobres, que están vestidos de oro y púrpura cuando están desnudos, o que se imaginan ser cántaros o tener cuerpos de vidrio”. Foucault escribe: “Si sus peligros [los de la locura] no comprometen el proceso ni lo esencial de la verdad, no es porque algo, incluso en el pensamiento de un loco, no puede ser falso, sino porque yo, que pienso, no puedo estar loco”.[v] Para Foucault, “una cierta decisión...
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