LA MATAVIEJITAS
El libro deja ver siempre algo más que la especificidad del acontecimiento ya que la naturaleza de la violencia, el papel del castigo, el agravio a la moral social, el profesionalismo y eficacia de la policía son elementos que inevitablemente reaparecen como tema de discusión colectiva. El estudio muestra cómo un asesino enserie, incide profundamente en la opinión pública y en los medios de comunicación que van tras la caza de la nota espectacular, incompatible con la complejidad criminológica de la investigación y más acorde a la situación política que, en ese entonces, se vivía en nuestro país.
El lugar del crimen es básico para comprender el comportamiento del homicida; el criminólogo es un investigador de unescenario en donde
hubo una representación y un encuentro con lo siniestro. La sociología de la situación se fundamenta en la interacción cara a cara en determinado contexto, tiempo y espacio; el lenguaje del cuerpo, la gestualidad del rostro, la naturaleza de las palabras, el intercambio de objetos, el uso del espacio, las ceremonias y los rituales, son elementos sustantivos para comprender elmicro orden social. Gabriel Martín Barrón apunta a ello desde el conocimiento criminológico y las técnicas criminalísticas logrando puntos de convergencia con otras ciencias. “El lugar de los hechos” debe estudiarse con la minucia del botánico si se quiere saber algo de la personalidad del asesino. Sin duda Juana Barraza repetía un escenario del cual da cuenta Barrón con detalle: selección demujeres mayores, estrangulamiento con cuerdas y objetos (entre los que destacan las medias), ocultamiento del rostro de las víctimas, hurgamiento de sus recámaras y sustracción de algunos objetos. Señales estudiadas, analizadas a partir del “lugar de los hechos” y que van perfilando al criminal, así como su modo de operar, y los motivos profundos y manifiestos que lo llevan a comportarse de ciertamanera.
La serialidad supone la reiteración compulsiva, lo que permite situarla dentro de un determinado comportamiento ritual, una atmósfera de creencias imaginarias, un lugar para la sobre excitación corporal que, con su forma de conducir, oculta y manifiesta algo a su vez. Como lector, uno se interroga qué hace que Juana Barraza monte un teatro similar para repetir una actuación. Los testimoniosrecabados por el criminólogo permiten conjeturar que Juana Barraza se encontraba atrapada en el enigma del deseo de una madre que, con su desprecio, no le otorga un lugar en la estructura del deseo inconsciente, una identidad dentro del árbol familiar. ¿Qué tanto vale el trabajo de una doméstica para estas ancianas? Es una interrogante que supone otras subyacentes: ¿Qué tanto me quieren? ¿Estoy...
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