La memoria del comunismo

La memoria de Auschwitz y del comunismo. El “uso público” de la historia
*

Enzo Traverso
Fuente: Memoria. Revista Mensual de Política y Cultura, Nº 166, diciembre 2002.
http://www.memoria.com.mx/

De la misma manera que lo describió Adam Smith en la época de la Revolución
Industrial, el capitalismo liberal parece en nuestros días consagrado a un futuro
radiante, como si no hubiera otrohorizonte de la humanidad y de la historia. Sin
embargo, esta visión del presente se basa más en un balance del pasado que en una
fe inquebrantable en el futuro: el sistema social y político liberal es defendido y
justificado como la única respuesta posible a los horrores del siglo XX, cuyos iconos
son Auschwitz y el Gulag.

En los momentos más negros de la “edad de los extremos”, cuando elviejo
mundo temblaba por las destrucciones de la guerra y la civilización parecía correr el
riesgo de un eclipse final, el socialismo se presentaba para millones de hombres y
mujeres como una alternativa posible por la cual valía la pena luchar. Hay que
subrayar que la idea del socialismo tenía su parte de ilusión, de mistificación y de
ceguera que, sin embargo, sólo una pequeña minoría habíadenunciado. No obstante,
las raíces de la idea del socialismo se encontraban en la sociedad misma, en la cultura
y en las mentes de grandes capas de la humanidad. Si hoy resultan visibles las
contradicciones que esta idea concentraba y sus ilusiones destruidas, debe
reconocerse que también desapareció su horizonte de esperanza, sin liberación,
arrasado y devorado por el hundimiento delcomunismo.
Reconocido desde los años ochenta como un acontecimiento central del siglo
XX, el Holocausto ha penetrado en la conciencia histórica del mundo occidental.
Después del derrumbe del muro de Berlín y el desmoronamiento del imperio soviético,
el recuerdo de los campos nazis se unificó a la memoria del “socialismo real”. Como
los iconos de una “era de tiranos” (el término pertenece alhistoriador Klaus
Hildebrand) definitivamente terminada, los dos acontecimientos se volvieron
indisociables. Iniciado desde hace varios decenios en diversos países europeos –-en
formas diversas y en diferentes graduaciones– el trabajo de duelo del pasado fascista
y nazi ha experimentado una mutación. En lo sucesivo, la conciencia histórica del


*Enzo Traverso es doctor de la Ecole des Hautes Etudes en Sciencies Sociales (EHESS) y
profesor de Ciencias Políticas en la Universidad Jules Verne de Amiens. Es autor de Los
marxistas y la cuestión judía, Historia de un debate (1997), La historia desgarrada. Ensayo
sobre Auschwitz, Los intelectuales (2001), El totalitarismo. Historia de un debate (2001).
Traducción: Fernando Matamoros Poncecarácter homicida del fascismo y del nazismo ha servido de parámetro para medir la
dimensión criminal del comunismo, rechazado en bloque –regímenes, movimientos,
ideologías, así como las herejías y las utopías– como uno de los rostros de un siglo de
barbarie. La noción de totalitarismo, que en tiempos recientes estaba clasificada en los
anaqueles de los corredores menos frecuentados de lasbibliotecas de la Guerra Fría,
hace hoy un regreso espectacular en la actualidad, como la llave de lectura, no
solamente la más adecuada, sino la única capaz de descifrar los enigmas de una edad
de guerras, dictaduras, destrucción, masacres y aniquilamiento de la libertad.
Una vez decapitado Jano, el monstruo totalitario –de un lado el fascismo y del
otro el comunismo–, Occidente ha conocido unajuventud nueva, casi diríamos una
nueva virginidad.
Si el fascismo y el comunismo son encarnaciones gemelas de una cruzada
secular contra el Occidente, este último deja de ser el origen del totalitarismo para
transformarse en su víctima y el liberalismo obtiene el título de redentor. Esta tesis se
expresa bajo diferentes variantes, desde las más vulgares hasta las más nobles.
La versión...