La poblada de abril del 1984
A partir de la masacre de abril del 1984 (que no partió de ninguna poblada, como lo deberá decir lahistoria y el porvenir), el Fondo Monetario Internacional se sintió conmovido y casi conminado a cambiar algunas de sus líneas maestras.
Ellas estaban destinadas a crear efectos de choque con sus medidaseconómicas draconianas impulsadas hacia los países que como República Dominicana carecen en la práctica de autonomía económica y tienen una soberanía apenas de fiestas de guardar y simbólica, en lapráctica.
Quien no tiene independencia económica no puede invocar una soberanía real y cierta aunque así lo pretendan su Constitución y lo decidan las Naciones Unidas.
(Lo que se estila hoy de esapretendida poblada es que se trató de una tirada a las calles orquestada para desmitificar al partido blanco que se proponía impulsar reformas sociales y políticas pendientes.
El alza deproductos de primera necesidad, si bien fue autorizado con acechanza no se supone, teóricamente, suficiente como para que miles de ciudadanos arriesguen la vida en las calles frente a las fuerzas brutales delgobierno.
Ello enriquece la idea de que fue una acción planeada y de la cual se tienen al menos confesiones verbales).
Los muertos de abril dominicanos, sumados a otros tumultos mortales enotras naciones por los ajustes abusivos del Fondo mostraron el lacerado pellejo social, el dolor, la angustia derivada de esas medidas horribles para millones de seres que debieron pagar lo que otros secomieron y disfrutaron desde su estatus de primer mundo.
Hasta los menos enterados saben que es el FMI el que dirige en tinglado finodel movimiento económico, el que asume el trabajo sucio sobrelas naciones más pobres e indefensas del planeta.
El Fondo no ofrece recetas de beneficencia ni hace gestos de caridad.
Aplica sus iniciativas con espíritu de amparar imparcial (aparente) pero...
Regístrate para leer el documento completo.