La Puesta En Discurso Del Sexo (La Confesión Como Técnica De La Verdad Sexual)

La Puesta en Discurso del Sexo:
La Confesión como Técnica de la Verdad Sexual

“La más desarmada ternura, así como el más sangrientro de los poderes, necesitan la confesión. El hombre, en Occidente, ha llegado a ser un animal de confesión”

Foucault, en su gesto analítico-genealógico sobre la historia de la sexualidad descubre que en estos últimos tres siglos hubo una verdadera explosióndiscursiva en torno y a propósito del sexo. Es decir, se habla de una verdadera diseminación y proliferación de los discursos alusivos al sexo, basados en una instancia de poder obstinada en oír y hacer hablar sobre el sexo. En tal sentido –y eso es lo que se propone aquí- el afán indagatorio de hacer una historia de la sexualidad es, en gran medida, dar cuenta de la historia de esa explosióndiscursiva. Dicha hipótesis –la de la multiplicación y dispersión discursiva del sexo- de una u otra manera estaría conspirando contra una idea que dice relación con un poder que opera a partir de una referencia exclusiva, a saber, de una ley instauradora de la prohibición, la exclusión y la censura en materia sexual.

En ese contexto, Foucault al considerar los tramos de la constitución y,posteriormente, la difusión del dispositivo discursivo, exalta la fundamental importancia que tuvo el Concilio de Trento, en tanto hito institucionalizante del sacramento de la penitencia y la confesión. Con ello Foucault destaca el salto dado entre el momento de introducción-institución de la penitencia y la confesión y el de su posterior generalización. Lo anterior habla de una transversalidad queadquiere ribetes de imperatividad, a saber, que todo sobre el sexo debe ser dicho. En otras palabras: todo debe ser pasado por el molino de la palabra.

Este desplazamiento -de la instauración monástica en el marco de las órdenes a la generalización; es decir, su vuelco en una coacción, en una conminación general- habla de un proyecto de puesta en discurso, cuyo origen capta la tradición monástica yascética para luego generalizarse. En suma, los actos, el deseo, etc. y todo lo que envuelve la práctica sexual debe ser convertido en esa moneda de cambio única que es la palabra.

Precisamente, desde la perspectiva de la estrategia de poder que implantó la conminación a decirlo todo sobre el sexo, es el lugar desde donde Foucault está abordando la histórica problemática sexual de occidente. Y,esa conminación a decirlo todo sobre el sexo, no es otra cosa que la suposición que desde ahí se lee y configura la verdad en esta materia.

Foucault, en Scientia Sexuales, nos sugiere que occidente está marcado por un saber, en tanto una búsqueda de la verdad sobre la sexualidad humana. Según Foucault, el meollo de lo humano, el centro donde gira su singularidad es precisamente su sexualidad.Por esta razón, occidente ha vuelto menester hacer hablar al ser humano de su sexualidad. Esto resulta un tanto contradictorio, si consideramos que históricamente en occidente ha existido una tendencia a abordar la sexualidad como algo poco natural y perverso, razón por la cual se la debe velar, controlar, normativizar y hasta teologizar. El punto de la “contradicción” es que entre más se intentavelar esta parte de lo humano, cada vez más discurso sobreviene a ella.

De este modo, Foucault, se refiere a la sexualidad como una forma de verdad. No sólo como una forma de hacer producir la verdad; es decir, aquello que está en el centro, lo más profundo del ser humano, sino cómo una serie de mecanismos, políticos, sociales, en definitiva, discursivos, se integran para crear una verdadsobre lo que es la sexualidad, con todo lo que ello implica: cómo debe vivirse, qué es lo que realmente es, qué no es, etc.

Foucault, al referirse a las distintas formas de abordar dicha verdad, de buscarla, de indagar al respecto, exalta la figura –o mejor dicho la técnica- de la confesión como un medio de control moral, ocluido por la penitencia. Se le exige al pecador que diga la verdad, y...