La real academia panameña de la lengua
Transcurrieron cinco años desde aquellos sondeos, y correspondió alReverendo Padre Fabo, en los primeros meses de 1926, actuar como intermediario entre las personas interesadas en Panamá y la Real Academia Española, para llevar a buen término el anhelo acariciado por elDr. Alfaro y quienes en buena hora compartieron ampliamente su propósito. El Padre Fabo se trasladó a Panamá con el fin de celebrar reuniones con el grupo de prominentes panameños que presumiblementeformarían parte de la futura Academia.
Hizo las gestiones pertinentes ante la Corporación madrileña, que se mostró favorablemente dispuesta, considerando que los candidatos propuestos reuníancondiciones de solvencia intelectual y gusto por las cuestiones del idioma. La decisión no se hizo esperar; y fue transmitida por don Emilio Cotarelo, secretario de la docta Institución, el 13 de mayo de1926, al distinguido religioso antes nombrado, en los siguientes términos:
“La Real Academia Española, según lo propuesto por V.S., en cablegrama, primero y posteriormente por cartas, aprobó la...
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