La Revancha Contra El Chistoso

LA VENGANZA CONTRA EL CHISTOSO

Lo que menos le gusta a Ema de los cumpleaños son los chistes del tío Lito.

Los chistes del tío Lito son capaces de arruinarle cualquier fiesta.

Ya se sabe cómo es. Primero llega la abuela Emilia con la torta.

Después, la tía Francisca con los mellizos (los mellizos se ponen a correr como locos de una punta a la otra de la casa).

Y en seguidallega el tío Lito con la tía Claudia Pía.

Cuando llega el tío Lito, a Ema se le cae el alma al suelo.

El tío Lito es chistoso por naturaleza.

Hace chistes sin parar. Y todos, pero todos, se los hace a Ema.

El primer chiste –eso es algo que Ema sabe muy bien -, es el chiste del cachete. El peor de todos.

De sólo pensar en el chiste del cachete, Ema cierra los ojos.-¡Holaholaholahola! –dice el tío Lito en cuanto cruza la puerta.

Cuando dice así, todos se ríen. (En la familia de Ema opinan que el tío Lito es muy divertido, de manera que cuando lo ven llegar se ríen por anticipado, a cuenta de lo mucho que los hará reír toda la tarde).

Después el tío Lito dice:

-Averaveraver, ¿Dónde está Emita?

Siempre dice “holaholaholahola” y “averaveraver”,porque las palabras repetidas le parecen chistosas.

-¡Emiiiiiita! –la llaman-, te busca el tío.

Ema ve venir al tío Lito y quiere esconderse detrás de algo: una silla, una maceta, el vestido de la abuela, de cualquier cosa.

Pero el tío Lito la ve.

-¡Ahí está Emita! –dice. Y después dice:

-¡Averaveraver! ¡a ver cómo andamos de cachetes!

Todos se ríen porque les parece queel tío Lito es muy chistoso. Ema, en cambio, no se ríe.

Aprieta los labios.

Cierra los ojos.

Trata de taparse la cara con los brazos.

Dice: -¡No, no, no, tío, no!

Pero no hay nada que hacer. El tío Lito se le acerca, juntando los dedos de las manos como pinzas pellizcadoras, y ¡zac!: atrapa los cachetes de Ema.

Después les da media vuelta, para un lado y para el otro,como si fuesen un par de relojes a los que hubiese que darles cuerda.

-¡Sanitos y gorditos! -dice.

Por fin los suelta.

Cuando Ema vuelve a abrir los ojos, los tiene llenos de lágrimas. La cara le duele mucho y siente una pelotita de rabia negra picándole en la garganta.

-¡Ese Lito! –dicen todos- . ¡Qué Lito este! Y se ríen.

El chiste del cachete no es el único.
Estántambién el chiste del tornillo en el ombligo, el chiste del paletazo en la espalda y el chiste del gancho en la oreja.

Eso es todo.

Cuatro en total.

No sería tanto si no fuera porque al tío Lito no sólo le gusta repetir las palabras sino también los chistes. No menos de cinco veces cada uno en cada cumpleaños.

Y lo peor es que ni nadie puede anticipar en qué orden. Por ejemplo, un díaempieza con el chiste del cachete, sigue con el del gancho en la oreja y después repite tres veces el del paletazo en la espalda. Y cuando Ema ya está esperando el del tornillo en el ombligo, que es el único que falta, viene el del cachete otra vez. Y agarra a Ema de sorpresa, sin darle tiempo a cerrar los ojos siquiera.

Esta vez sucedió así.
Resulta que iba Ema de la cocina a la mesa,llevando una fuente con dulces, cuando vio que el tío Lito la llamaba desde el patio y movía el dedo índice hacia un lado y hacia el otro, como si estuviese atornillando y destornillando el aire.

Era la señal del chiste del tornillo.

El chiste del tornillo ponía nerviosa a Ema.

(Ema siempre ha tenido unas horribles cosquillas en los alrededores del ombligo).

Tan nerviosa se puso Emacuando vio al tío Lito atornillando y destornillando el aire que se le cayó la fuente y todos los dulces se desparramaron al suelo.

-¡Ay, mis fuente! –gritó la abuela.
Ema se puso a llorar.
Después se agacho y empezó a juntar, uno a uno, los pedazos.

En eso estaba Ema, juntando los restos de la fuente y secándose las lágrimas con el ruedo del vestido, cuando sonó el timbre.

Era...