La sala blanca.
Ellasabía que todavía lo amaba con toda el alma, mas contemplar su impresionante belleza, le recordaba lo sucedido y le hacía sentir una punzada de dolor agudo y siniestro en el pecho.
Yallevaba tiempo que lo observaba parado en la sala blanca. La primera vez que lo vio, allí, fue mágico; no sabía que decir; ni sabía si llorar, reír, conversar, o simplemente verlo hasta cansarse... Élsolo la miraba con dolor y curiosidad.
Desde aquel día, habían pasado otros 763 más… Era aburrido, desgastante. Tanto así, que ya se sabía su hermosura de memoria: el cabello largo, liso ynegro hasta los hombros, los ojos largos, de gato, en verde esmeralda, la piel, blanquísima, de un terso y liso que pocos jóvenes de 17 años poseen; la ropa gastada, las finas facciones. Incluso,ella sabía que tenía un mechón de pelo tres centímetros más largo que el resto de su cabello.
Joanne, al tratar de ignorarlo, aún recordaba cuando eran novios. Se amaban mucho, muchísimo,podría decirse. Siempre estaban juntos; sus besos eran una delicia para ella, las visitas diarias que culminaban hasta el amanecer. Estaban tan enamorados... Era una dulzura para ella tan solo volverimaginariamente a esos memorables momentos, mas, sin querer, siempre llegaba al punto de recordar cuando aquello pasó.
Él conversaba animadamente con una amiga suya: Stacy Deneuve. Ella, tal vez se loquitaría, con su melena rubia de peróxido, y su falso bronceado de salón. Su rostro se tiñó de un rojo brillante; pero mantuvo la calma, y esperó a que terminaran ambos jóvenes.
CuandoStephen regresó, lo cuestionó con fuerza y lo golpeó, con un poder impresionante. Sin embargo, las hirientes palabras de Joanne le dolieron mucho más a Stephen que los golpes mismos, que le dejaron...
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