La silla del guila Carlos Fuentes

Páginas: 377 (94122 palabras) Publicado: 28 de agosto de 2015
Carlos Fuentes
La Silla Del Águila
Primera edición, Febrero 2003
"Hemos vivido con los ojos
pelones sin saber qué hacer con la
democracia. De los aztecas al PRI,
con esa pelota nunca hemos jugado
aquí"
"Te ponen en el pecho la

banda tricolor, te sientas en la Silla
del Águila y ¡vámonos! Es como si
te hubieras subido a la montaña
rusa, te sueltan…y haces una mueca
que se: vuelve tú máscara..la Silla
del Águila, es nada más y nada
menos que un asiento en la montaña
rusa que llamamos La República
Mexicana."
A los compañeros de la
Generación "Medio Siglo"
Facultad de Derecho de la
UNAM

La esperanza de un México
mejor…

1
María del Rosario Galván a
Nicolás Valdivia
Vas a pensar mal de mí. Dirás
que soy una mujer caprichosa. Y
tendrás razón. Pero, ¿quién iba a
imaginar que de la noche ala
mañana las cosas cambiarían tan
radicalmente?
Ayer, al conocerte, te dije que
en política no hay que dejar nada

por escrito. Hoy, no tengo otra
manera de comunicarme contigo.
Eso te dará una idea de la urgencia
de la situación…
Me dirás que tu interés en mí el interés que me mostraste tan
pronto nos miramos en la antesala
del secretario de Gobernación- no
es político. Es amoroso, esatracción física, incluso es simpatía
humana pura y simple. Debes saber
cuanto antes, Nicolás querido, que
para mí todo es política, incluso el
sexo.
Puede
chocarte
esta

voracidad profesional. No hay
remedio.
Tengo cuarenta y cinco años y
desde los veintidós he organizado
mi vida con un solo propósito: ser
política, hacer política, comer
política, soñar política, gozar y
sufrir política. Es minaturaleza. Es
mi vocación. No creas que por eso
dejo de lado mi gusto femenino, mi
placer sexual, mi deseo de
acostarme con un hombre joven y
bello -como tú…
Simplemente, considero que la

política es la actuación pública de
pasiones privadas.
Incluyendo, sobre todo, acaso,
la pasión amorosa. Pero las
pasiones son formas arbitrarias de
la conducta y la política es una
disciplina. Amamos con la máximalibertad que nos es concedida por
un universo multitudinario, incierto,
azaroso y necesario a la vez, a la
caza del poder, compitiendo por
una parcela de autoridad. ¿Crees
que es igual en amor? Te
equivocas. El amor posee una

fuerza sin límites que se llama la
imaginación. Encarcelado en el
castillo de Ulúa, sigues teniendo la
libertad del deseo, eres dueño de tu
imaginación erótica. En cambio,
¡quépoco te sirve en política
desear e imaginar sin poder!
El poder es mi naturaleza, te lo
repito. El poder es mi vocación. Es
lo primero que quiero advertirte.
Tú eres un muchacho de treinta y
cuatro años. En seguida me atrajo tu
belleza física. Te diría, para no
envanecerte, que no abundan los

hombres deseables y guapos en la
antesala de mi amigo el señor
secretario de Gobernación don
BernalHerrera. Las bellas mujeres
también brillan por su ausencia. Mi
amigo el señor secretario apuesta a
su fama de asceta. Las mariposas no
acuden a su arboleda. Más bien, los
escorpiones de la traición anidan
bajo sus alfombras y las abejas de
la ambición acuden a su panal.
La fama de don Bernal
Herrera,
¿es
merecida
o
inmerecida? Ya lo averiguarás. Una

tarde helada de principios de enero,
sinembargo, cruzan miradas en la
antesala del secretario en el viejo
Palacio de Cobián una mujer aún
apetecible -tu mirada lo dice todo
de casi cincuenta años y un bello
joven, igualmente deseable, que
apenas rebasa la treintena. La
chispa se enciende, querido
Nicolás, las hormonas se remueven,
los jugos vitales corren rápidos.
Y el placer se aplaza. Se
aplaza, joven amigo.
Lo admito todo. Tienes la estatura que me gusta. Ya viste que
yo misma soy alta y no me
complace mirar ni hacia arriba ni
hacia abajo, sino directo a los ojos
de mis hombres. Los tuyos están al
nivel de los míos y son tan claros verdes, grises, mutantes como los
míos son de una negrura inmóvil,
aunque mi piel es más blanca que la
tuya. No creas que en un país
mestizo, racista, acomplejado por
el color de la piel (aunque...
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