¡La tecnología nos hace la vida más simple?
Como el mismo Macluhan advirtió que el medio y no su contenido es el mensaje, debido a las condiciones de vida que establece un reproductor de sonido, un carro, una tv, etc…, no puedo dejar de pensar en las amputaciones que ha sufrido el hombre por cada invento tecnológico, hastacreer, sin ningún sentido ficcional, que pronto podríamos llegar a ser vegetales dependientes de una máquina como muchas obras literarias y cinematográficas nos han revelado. Todos los inventos tecnológicos son una extensión de nuestros sentidos o de nuestro cuerpo, así McLuhan comenta que “la rueda es una extensión del pie; el traje, una prolongación de la piel, y el alfabeto fonético, unaextensión del ojo que implicó el paso de hombre oralmente tribal al hombre visual”. Podríamos decir que las computadoras son una extensión de la razón del hombre, la amputación de esta. La computadora es un sistema para procesar y almacenar información, por tanto, es una extensión de nuestros procesos de razonamiento y de nuestra memoria. Y, al sentirse el hombre un minusválido racional ante lacomputadora, se subordina a esta.
La computadora vendría a suscitar la amputación del deseo de salir a conocer el mundo real, ya que se puede tener todo en casa. La amputación del deseo sería como una castración del instinto. Ambos, instinto y deseos, se manifiestan físicamente, pero si se está atado a una máquina, ¿cómo se exteriorizan esas manifestaciones y ante quién? ¿Acaso se queda el instinto y eldeseo rebotando como una pelota que alguien arroja contra una pared a falta de otro jugador?. “La referencia al cumplimiento de fantasías fabulosas mediante la técnica moderna, deja de ser una mera frase cuando se le añade la sabiduría añeja de que la satisfacción de los deseos rara vez va en bien de quien desea”, sentenció T. Adorno refiriéndose a la influencia de la televisión, en 1952-53.Podríamos decir que deseamos en base a una artificialidad que concebimos y no en base a una realidad que vivimos. Hemos sustituido el mundo concreto por el mundo de las apariencias. Y cuando queremos volver al mundo real, lo construimos como si fuera un simulacro, un engaño, porque en el engaño vivimos. ¿Entonces, qué sentido de utilidad tenemos en la sociedad, cuando ya las cosas ni siquieracambian, porque son constantes? Porque podemos estar siempre y nunca dejar de ser. Y el ser humano necesita el vacío, el no–ser, para recordar que es. Vivimos en una hiperexcitación del ser. El ser multiplicado al infinito, y en ese caos centelleante, desaparecemos.
En una entrevista que le hicieran al poeta cubano Roberto Fernández Retamar, él acusó: “tener que recordarles, a los consumidores de...
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