La tecnologia
A los grandes libros de escritores griegos y romanos, o El Quijote, laBiblia, Robinson Crusoe, entre tantos otros, hay que saber llegar, y eso no significa saber ir por ellos a la biblioteca, sino saber esperar, esperarlos; es así como se llega a ellos.
No digo que unadolescente de catorce años no es capaz de disfrutarlos, sino que cuando tenga el doble de edad los disfrutará mucho más, y es mejor que ésa sea la primera vez que los lee.
Escribo esta entrada porquehace poco volví a pensar en el tema. Comúnmente le presto libros a mis sobrinos, que no a mis alumnos, y veo cómo evolucionan como lectores, cómo cambian sus gustos y cómo pasan, poco a poco, de leerpor impulso a leer por amor a la lectura.
Hace uno días una sobrina me devolvió un libro y me dijo que no le había gustado. Cuando le pregunté la razón, me dijo: “Tiene párrafos muy largos”. Y sí,es verdad que a los quince años preferimos novelas con diálogos cortos y descripciones rápidas, sin mucho embrollo, que lo que queremos, a fin de cuentas, es terminar el libro para ponerlo en nuestra“Lista de leídos”.
Tiempo después descubrimos que cuando de los grandes se trata, sobre todo de magos con las palabras como Octavio Paz o Philip Roth, esos párrafos largos son de una bellezasencillamente magistral, que leemos y releemos para no dejar de disfrutarlos.
En cambio, cuando somos adolescentes los leemos lo más rápido posible, para llegar pronto a los diálogos. Y eso nos impidedisfrutar de la mejor literatura. Por ello lo más recomendable es dejar los libros inmortales pendientes, para cierta edad. A fin de cuentas, para practicar o fingir que leemos, se editan incontables...
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