la tristeza
Una tristeza no nos hace valientes, una tristeza nos insinúa con diplomacia lo débiles que podemos llegar a ser, lo vulnerable que sepresenta nuestro corazón ante un hecho doloroso e irremediable como la muerte, lo implacable que es la realidad y lo desastrosos que pueden verse sus encantos cuando no llevamos puestos loscristales de la mentira.
Cuando pienso en mis tristezas, me pongo triste… cuando las reviso, se me escapan los recuerdos y las lágrimas y termino siempre rodeada de ese miedo odioso que nuncasé cómo superar; ese miedo del que no puedo hablar con nadie por un segundo miedo aún más grande a ser la protagonista de una tristeza aún sin engendrar. ¡Ay, suspiro! No es tan complicadocomo parece y al mismo tiempo no es tan sencillo como quisiera. Aquí se me traba la inspiración… revueltas como están mis tristezas en este momento de confesión, no puedo sino recordar las que enlos últimos años me han dejado una huella de verdad bien profunda, una marquita chillona que acomodo en orden alfabético junto a otras allí, en el único estante amarillo que decora micuartito secreto de las tristezas… sólo dos nombres, entiéndase dos ausencias, para después volver a cerrar la puerta de este cuartito tan insoportable: Gaby (mayo 2010)… Teresa (junio 2009).
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