LAS COSAS PASAN

ació en Bogotá y estudió actuación en Nueva York en el Lee Strasberg Theatre and Film Institute.

a condición técnica hizo que la presencia de los basuriegos llamara la atención de las
EmpresasPúblicas. Como ya se dijo, en el año 1986 permanecía en “el Carrasco” una
población variable e inestable de 150 personas recicladoras que vendían el material
recuperado a 4 intermediarios, ycompartían el espacio con un capataz y dos conductores de
buldozer, estos últimos funcionarios de EEPP.
Los recicladores -o marañeros como ellos mismos se llaman- llegaban entre las cinco y las
seisde la mañana desplazándose desde el otro extremo de la ciudad -en la zona norte- en
compañía de toda su familia, incluidos los más pequeños. Al llegar instalaban cambuches o
pequeños ranchos deplástico y palos en donde protegían a las niñas y los niños del sol y de
la lluvia. Estos cambuches se hacían prácticamente sobre la basura.
Enseguida se vestían con tres o cuatro camisas ypantalones viejos con los que buscaban
protegerse del sol y la lluvia. Esos vestidos eran la única protección ante el clima y ante los
vidrios y latas que contenía la basura.
UNA RELACIÓN TRAMPOSA YDEPENDIENTE
Una vez vestidos, cada uno tomaba un palo de madera, como los de las escobas. Cuando los
camiones recolectores de basuras llegaban, todos salían corriendo a disputarse lo que venía
en labasura, corrían los animales y los basuriegos por igual. Martín Torres Parra, era uno
de los recicladores en 1986, cuando tenía 12 años. El recuerda cómo se sentía el ambiente:
Mire, es que alláel ambiente era como si uno fuera una manada de animales en donde si
caía un pedazo de carne lo peleaba, porque si no lo peleaba entonces yo no comía.
A medida que el camión descargaba, cada unomarcaba un pedazo de basura con el palo de
madera. A eso se le llamaba el corte, lugar en el que luego escarbaban en busca de cartón,
plásticos, latas y vidrios. A medida que escarbaban la basura...