Legitimización De Lo Verdadero En Don Quijote

UNIVERSIDAD DE GRANADA
FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS

Departamento de Filología Española





Legitimación de lo verdadero en Don Quijote
Trabajo del estudiante de la asignatura Cervantes









Granada, enero de 2012



Profesor: Estudiante:

Juan Carlos Rodríguez Stefan Bondžić

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Introducción

Aunque todo el mundo sabe de sobra de Don Quijote yCervantes, no es tan frecuente encontrar a alguien que entienda toda la complejidad de esa obra, y tampoco las razones que la hacen tan grande y famosa. Sabemos que Cervantes inventó lo que hoy en día llamamos novela moderna, pero no nos fijamos suficiente en los recursos estilísticos que él usaba para hacer su obra. Las unidades de la acción, tiempo, lugar, objetividad, credibilidad representan solouna parte pequeña de un conjunto muy complejo. En este artículo vamos a tratar los recursos literarios que Cervantes usaba para presentar su obra como verdadera, y cómo consiguió hacerla tan verosímil.

Los autores de la verdadera historia

El Autor es imprescindible para la creación de cualquier tipo de obra. Sin su esfuerzo, su intención de crear algo, o su acción inconsciente no se podríaimaginar ni la existencia de la obra.
Está claro que Cervantes es el autor de la obra maestra El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, aunque, para mostrarnos su obra más realística y verosímil, no se presenta como escritor, sino como lector. Al principio tampoco nos da información sobre el autor de esa historia, pero señala que se trata de una historia “verdadera”, y para asegurarlacomo tal, recurre a las “Crónicas” o “Historias de La Mancha”, y también a la “Academia de Argamasilla” (además por ganas de burlarse de la tradición de los libros de caballería, que se suponían manuscritos mágicos y ocultos).
Por lo tanto Cervantes todavía no nos informa sobre el autor de esta obra. Él seguirá siendo desconocido hasta el capítulo IX de la obra, en el cual Cervantes compra unmanuscrito que contiene la continuación de la aventura con el vizcaíno. Entonces nos revela la identidad del autor: es un historiador arábigo, y nos da su nombre- Cide Hamete Benengeli. Lógicamente, le pone “historiador” porque hay que contar una “historia verdadera”. Aquí el “yo” de Cervantes entra directamente en el libro, y nos explica muy precisamente qué ocurrió y cómo encontró el manuscrito,pero muy pronto se vuelve a distanciar para no perder la objetividad narrativa en la que sigue insistiendo en toda la obra. Así que, desde el principio de la tercera parte del primer libro, la formula narrativa “Cide Hamete” no va a cambiarse, dando lugar a una distancia y credibilidad incluso más grande.
Es asombrosa la impresión de la verdad que crea Cervantes. Desde un punto de vistacrítico y racional, incluso dice que es posible que Cide Hamete disminuya la importancia y el valor de las hazañas del nuestro caballero, ya que es moro y “los moros son nuestros enemigos”. Pero, en la segunda parte de Don Quijote, llamará a Cide unas veces “flor de los historiadores”, “puntualísimo escudriñador de los átomos de esta historia” tanto para legitimar la verdadera existencia del Quijote,como para presentarlo como el “auténtico”, al compararlo con el “apócrifo”, de Avellaneda. Y lo consigue completamente.
Antes de haber encontrado al autor de esta historia, Cervantes trataba el tema del nombre de nuestro hidalgo. Y, como al principio no está claro el apellido del protagonista, Cervantes propone los que mencionan “los autores”: Quijada, Quesada, Quejana y, finalmente, Quijote.Como a Cervantes solo le importa la veracidad, prefiere ofrecer varios, a dar solo un apellido preciso que pueda ser falso. Seguidamente, vuelve a señalar la verdad y la existencia real de esa historia, diciendo algo en torno al apellido del hidalgo: “Pero eso importa poco a nuestro cuento; basta que en la narración dél no se salga un punto de la verdad.”
No son pocas las situaciones en las que...