Lemon snicket

CAPÍTULO

Uno

Ciertas personas han dicho que el mundo es como un estanque en calma, y que en cualquier momento una persona puede hacer la cosa más insignificante, como sí una piedra cayese en el estanque, propagando círculos de onda cada vez más y más lejos, hasta que todo el mundo haya cambiado por una pequeña acción. Sí esto es cierto, entonces el libro que estas leyendo ahora mismoses la cosa perfecta para arrojar al estanque. Las ondas se propagarán a través de la superficie del estanque y el mundo cambiará para bien, con una historia terrible menos que leer y un secreto más en el fondo del estanque, el último lugar donde alguien buscaría. La triste historia de los huérfanos Baudelaire estará segura en las profundidades turbias del estanque, y estarás más feliz al no leerla lúgubre historia que he escrito, y en cambio observarás la sucia capa de ondas que emerge en la cima del mundo. Incluso los mismos Baudelaire, mientras se encontraban sentados en la parte trasera de un taxi conducido por una mujer que apenas conocían, estuviesen más felices de arrojarse al estanque, que de saber que clase de historia les esperaba mientras el automóvil recorría el camino entrelas curvas de la ciudad donde los huérfanos antes solían vivir. Violet, Klaus y Sunny Baudelaire observaban por la ventana del auto, maravillados de lo poco que la ciudad había cambiado desde que el incendio destruyó su hogar, se llevó la vida de sus padres y formó ondas en la vida de los Baudelaire las cuales probablemente jamás llegarían a desaparecer. Mientras el taxi daba una vuelta, Violet vioel mercado donde ella y sus hermanos habían comprador ingredientes para la cena del Conde Olaf, el conocido villano que se convirtió en su guardián después del incendio. Incluso después de ese tiempo, con Olaf empleando plan tras plan para conseguir la enorme fortuna que dejaron los padres de los Baudelaire, el mercado se veía igual que el día en que Justicia Strauss, una vecina amable y juez deltribunal supremo, los había llevado allí. En lo alto sobre el mercado se encontraba un edificio enorme y brillante que Klaus reconocía como el 667 de la Avenida Oscura, donde los Baudelaire habían pasado tiempo bajo el cuidado de Jerome y Esmé Miseria en un apartamento de penthouse enorme. Al Baudelaire mediano le pareció que el edificio no había cambiado ni un poco desde que los hermanos habíandescubierto la traición de Esmé y el romance con el Conde Olaf. Y Sunny Baudelaire, que aun era tan pequeña que su vista en la ventana era algo restringida, escuchó el ruido de la tapa de la alcantarilla mientras el taxi pasaba sobre esta, y recordaba el pasadizo bajo tierra que ella y sus hermanos habían descubierto, el cual llegaba desde el sótano del 667 de la Avenida Oscura hasta los restos deceniza de su propio hogar. Al igual que el mercado y el penthouse, el misterio del pasadizo no había cambiado, aunque los Baudelaire habían descubierto una organización secreta conocida como V.F.D. la cual los niños creían que había construido muchos pasadizos. Cada misterio que los Baudelaire descubrían sólo revelaba otro misterio, y otro, y otro y varios más, y otros más, como sí los treshermanos estuviesen nadando más y más profundo dentro del estanque, y al tiempo la ciudad permaneciese calmada en la superficie, inconsciente de todos los eventos desafortunados en la vida de los huérfanos. Incluso ahora, al regresar a la ciudad que una vez fue su hogar, los huérfanos Baudelaire habían

descubierto poco de los misterios que les eclipsaban. Por ejemplo, no sabían hacia donde sedirigían; y tampoco sabían nada sobre la mujer que manejaba el automóvil a excepción de su nombre. "Deben tener miles de preguntas que hacer, Baudelaires," dijo Kit Snicket, dando una vuelta al volante con sus manos enguantadas. Violet, quien tenía facultades técnicas muy mañosas—una frase que aquí significa "habilidad para inventar aparatos mecánicos"—admiraba el ruido de la maquinaria del automóvil...