Libertad Sindical

Libertad sindical: la lucha por la no-dominación en la relación laboral

RESUMEN

La Libertad Sindical, en nuestro ordenamiento jurídico laboral, no ha tenido una interpretación lo suficientemente amplia como para que un abanico diverso de situaciones sean subsumibles en su continente. Muy por el contrario, la división que se ha realizado constitucional y legalmente entre libertad sindical,negociación colectiva y huelga, ha contribuido a que sólo se rinda una deducción formalista de tales valores, limitándolos sin sentido aparente.
Empero, al escudriñar en lo hondo de la raigambre social, subyacen estructuras de poder que ya no es posible desconocer. Emerge la ideología autoritaria y conservadora que rinde culto al derecho de propiedad en su peor versión, la de proteger a quienestienen la plenitud de sus necesidades satisfechas y resueltas, sentando un germen de desigualdad.
En la presente monografía, el lector hallará una perspectiva crítica y arriesgada de cómo se ha consolidado la dominación en la relación empleador-trabajadores, de cómo nuestra institucionalidad jurídica la ha consagrado por medio del “Plan Laboral” y la Constitución de 1980.

Libertad Sindical –Prácticas Antisindicales –Relación Jurídica – Potestades del empleador

I.

Preliminares

Entre empleador y trabajador existe un vínculo jurídico, materializado genéricamente en el contrato individual de trabajo, que el Código del ramo trata en su Artículo 7[1]. Tal convención puede ser considerada como: consensual, pues se perfecciona con el mutuo consentimiento de laspartes, poseyendo ésta sólo una formalidad de prueba consistente en la escrituración; además es un acuerdo bilateral, vale decir, que reputa obligaciones para ambas partes contratantes, para el trabajador la de prestar servicios personales bajo subordinación y dependencia, mientras que para el empleador la de retribuir al trabajador por medio de una remuneración; también es oneroso, pues las dos partesde la relación laboral experimentan una utilidad correlativa, el empleador aprovecha los servicios del trabajador, mientras que el trabajador percibe un estipendio por ello; y finalmente es una convención reglamentada, toda vez que la ley laboral establece un abanico de condiciones y requisitos que limitan la autonomía de la voluntad, muy de la mano con el principio de irrenunciabilidad de lospreceptos iuslaborales –contemplado en el artículo 5 inciso segundo del Código respectivo-, pues el trabajador ni siquiera por voluntad propia puede obligarse a prestar servicios personales bajo los mínimos que el legislador ha fijado.
Haber enunciado cinco de los caracteres más trascendentes del contrato individual de trabajo, nos permite conjeturar que, alterando las reglas generales deautonomía de las partes para celebrar cualquier acuerdo laboral individual, el legislador pretendió cautelar mayormente los intereses del trabajador. Tal decisión no ha sido arbitraria, muy por el contrario, ha tenido por intención reducir la brecha entre ambas partes de la relación laboral, en un sentido económico claramente redistributivo: “el Derecho del Trabajo interviene deliberadamente afavor de una de las partes de la relación laboral […] para disminuir las ganancias económicas del empresario y favorecer las del trabajador, generando una redistribución de la riqueza del primero hacia el segundo, que el libre juego del mercado no habría producido”[2].
Ahora bien, si una de las finalidades sustanciales e inherentes del iuslaboralismo ha venido en ser la redistribucióneconómica de la riqueza, del empleador hacia el trabajador, cabe admitir que entre estas dos partes de la relación laboral existe una desigualdad intrínseca, que emana de la posición social de cada uno. Tal situación nos lleva a colegir que, bajo esta relación cotidiana de prestación de servicios por salario, se encuentra intrincada una estructura de poder: el poder de la dominación y la no-libertad....