Lic. En Comunicación

CIUDADANIA: ¿PERDIDA O RENUNCIA?

Una ciudad [...] en la cual la paz es un efecto de inercia de los sujetos conducidos como rebaño y formados solamente en la esclavitud merece el nombre de soledad en lugar del de ciudad.

Spinoza

¿Qué nos imaginamos al hablar de “ciudadanía” hoy? ¿Por qué se produce lo que suele llamarse “indiferencia cívica”? ¿La decidimos o se nos impone? ¿Quiénes sonlos responsables de la misma?¿Cuáles son sus efectos dentro de la gobernabilidad, del mismo régimen democrático y del desarrollo del país?

En primer lugar, para comenzar a hablar de “ciudadanía” creo que es menester superar las concepciones de la misma limitadas al ejercicio legal de derechos y deberes1, dado que la ciudadanía no es una condición que viene dada solamente por ciertas disposicionesjurídicas sino que se adquiere en términos de práctica social, política, y cultural. Y es preciso, por lo tanto, entender tal concepto en la acepción vinculada a la tradición republicana que se refiere a la ciudadanía como la constituida por aquellos que participan activamente (y no solo en términos electorales) en la vida pública. Es decir, en tanto acción que se despliega en la esfera pública,como modo de hacer valer las disposiciones jurídicas existentes o, incluso, para ampliarlas y transformarlas.

Desde esta perspectiva, entonces, se puede entender a la ciudadanía como una “práctica conflictiva vinculada al poder, que refleja las luchas acerca de quiénes podrán decir qué en el proceso de definir cuáles son los problemas sociales comunes y cómo serán abordados”2. Lo que implicavisualizar a la misma como un proceso histórico-político que está en permanente reestructuración y al ciudadano, en su práctica cotidiana, como integrante de una vasta red de asociaciones.

La democracia se muestra como un régimen exigente con los ciudadanos, de quienes requiere una participación consistente, informada, influyente. Ser ciudadano es, en una primera instancia, contar con un númerode derechos y responsabilidades y ejercerlos frente al Estado y a la comunidad a la que se pertenece3. Pues –según lo que postula Hannah Arendt- “se supone que bajo las condiciones de un gobierno representativo el pueblo es quien domina a quienes le gobiernan y, por lo tanto todas las instituciones políticas son manifestaciones y materializaciones de poder, que se petrifican y decaen tan prontocomo el poder vivo del pueblo deja de apoyarlas”.

Sin embargo, hablar de ciudadanía en la Argentina de nuestros días, lamentablemente nos lleva a referirnos -casi de manera automática- a lo que se denomina “indiferencia cívica”. Es decir, parece que a pesar de que nos reconocemos como ciudadanos y sabemos de la

1 Esto significa dejar de lado las definiciones similares a la de T. H. Marshall,quien escribe en Gran Bretaña durante 1950, cuando lo importante era encontrar una idea homogeneizadora por encima de las diferencias de clase. 2 “Acción colectiva, ciudadanía y espacio público”. Gualdoni, Viviana.

3 En concordancia con esto, Guiddens sostiene que existe una “doble vía” de expansión del poder como “la dialéctica de control” (base de reciprocidad entre gobernantes y gobernados).importancia de nuestra participación dentro de los canales de acción que el sistema democrático nos ha puesto a disposición, a pocos nos interesa utilizarlos. Y la apatía se convierte en moneda común dentro de los asuntos políticos.

La indiferencia cívica supone, justamente, el desinterés ciudadano por los asuntos políticos y por la conducción del Estado. Este desinterés se muestra en elincumplimiento de los deberes cívicos, en la despreocupación por los asuntos de la comunidad y en la realización de acciones que entorpecen la búsqueda del bien común. Lo cual conlleva múltiples consecuencias en nuestras sociedades, ya que: facilita que el poder sea arbitrariamente controlado por unos pocos; fomenta el incumplimiento de las leyes y demás normas; y da mayores posibilidades a que...