lic. filosofía letras

Sucumbía a sus recuerdos y su mirada se veía triste y agobiada, buscaba entre las sombras que describía la noche una voz que lo llevara a comprender la angustia que siempre sentía a la misma hora,era un hombre de muchos caminos y muchas historias, ya la edad lo estaba demoliendo poco a poco y su rostro se mostraba indescifrable como guardando el enigma de la existencia, apretujaba sus manosgrandes y callosas curtidas de tiempo como si con ello recuperara un halo de vida, miraba hacia el cielo que ese día por una extraña razón, estaba completamente despejado y plagado de estrellas con unaluna alucinante que esparcía su luz plateada sobre cada paraje del bosque que rodeaba la casa.. palpaba el infinito abismo celeste tratando de escudriñar cada rincón como si buscara en él su propiaalma… don Fernando como todo mundo lo llamaba en la región apareció un día allí, cuando alguien del pueblo tuvo la osadía de preguntarle de donde procedía, él muy pausadamente y con una voz roncarespondió ¡de toda parte!. Era un hombre muy callado, pero cuando conversaba era el mejor, lo hacía de todos los temas y fue así como se fue ganando la gente, que lo empezaron a ver con admiración yrespeto.

Esa noche empezaron a desfilar por su imaginación todos aquellos recuerdos, llevándolo hasta la época más recóndita de su niñez, él sabía que por mucho tiempo había querido escapar a ellos,pero era tiempo de no seguir huyendo, tenía que exorcizar sus propios fantasmas, un sollozo broto lentamente desde lo más íntimo de su ser, era silencioso pero dejaba entre ver el hondo dolor quesentía, miraba a su alrededor como tratando de que ni los fantasmas de su memoria se dieran cuenta. Y poco después exclamo quedamente ¡hay presencias que nos habitan para toda la vida!
Y luego se desvanecióen su propio silencio por instantes interminables, miraba a todas partes pero no se detenía en ninguna como explorando ese pasado del cual venía, luego rezongó –esas presencias invaden nuestra...