Licenciada

Un Laboratorio de Drácula
Por Cristina Flores Cateriano
Quizás se pregunte porqué el título de esta nota es “Un laboratorio de Drácula”, pues bien, aunque últimamente he podido disfrutar de muybuenas obras en el Teatro de la Plaza Isil, no me puedo permitir mentir ni a usted, ni a mí misma, claro está. He sentido que la obra teatral es un laboratorio, una especie de ensayo que aún no ha tomadola forma que quizás Jorge Castro, director de la obra, quiso plantear en un inicio, con la esencia de lo melodramático y la belleza que representa este bestseller.
Investigando sobre críticas ycomentarios note que existen dos percepciones del montaje. Por un lado, muchos comentaban sobre la falta de espontaneidad de ciertos actores o el poco convencimiento que le producía el personaje del mismoDrácula - interpretado por Miguel Iza - un poco estático y parametrado, en mi humilde opinión. Y por el otro lado, existe gran aceptación del público, con sala llena como un común denominador.
Detodas formas, debo recalcar que respeto mucho el trabajo de tan grandes actores como Roberto Moll, Pietro Sibille, Wendy Vasquez, entre otros.
Se entiende que la historia es de género melodramáticopero por momentos sentí que obra era tan cándida y sórdida. Y que el apasionamiento se convertía en gritos salidos de la garganta más no desde las entrañas. Eso realmente me causó un sinsabor, un pocode desilusión.
Un tema importante también, tal y como lo mencionó Jorge Castro en entrevista para Dardo Blanco, es que había mucho que contar y la idea era cómo plantear esto de forma que no caiga enlo pesado y denso. Lamentablemente, en el primer acto la agilidad se perdía entre las abrumaciones de las dos protagonistas y los delirios de Lucy.
De todas formas, no puedo dejar de resaltar eltrabajo de Pietro Sibille, como un loco honesto y bastante sarcástico, me imagino que su trabajo de investigación fue a detalle pues el mismo público soltaba cada risa con sus muecas o frases irónicas....