Los 4 conceptos funsamentales del psicoanalisis
La excomunión. 15 de Enero de 1964 El inconsciente freudiano y el nuestro. 22 de Enero de 1964 Del sujeto de la certeza. 29 de Enero de 1964 De la red de significantes. 5 de Febrero de 1964 Tyche y automaton. 12 de Febrero de 1964 La esquizia del ojo y de la mirada. 19 de Febrero de 1964 La anamorfosis. 26 de Febrero de 1964 La línea y la luz. 4 de Marzo de 1964 ¿Qué es un cuadro?. 11de Marzo de 1964 Presencia del analista. 15 de Abril de 1964 Análisis y verdad o el cierre del inconsciente. 22 de Abril de 1964 La sexualidad en los desfiladeros del significante. 29 de Abril de 1964 Desmontaje de la pulsión. 6 de Mayo de 1964 La pulsión parcial y su circuito. 13 de Mayo de 1964 Del amor y la libido. 20 de Mayo de 1964 El sujeto y el otro: la alienación. 27 de Mayo de 1964 Elsujeto y el Otro (II): la afanisis. 3 de Junio de 1964 Del sujeto al que se supone saber, de la primera diada, y del bien. 10 de Junio de 1964
Clase 2
Clase 3
Clase 4
Clase 5
Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis
Clase 6
Clase 7
Clase 8
Clase 9
Clase 10
Clase 11
Clase 12
Clase 13
Clase 14
Clase 15
Clase 16
Clase 17
Clase 18
Clase19
De la interpretación a la transferencia. 17 de Junio de 1964 En ti más que tú. 24 de Junio de 1964
Clase 20
La excomunión
15 de Enero de 1964
S
eñoras, Señores.
En la serie de conferencias que me ha encargado la Sexta Sección de la École des Hautes Études, voy a hablarles de los fundamentos del psicoanálisis. Hoy quisiera indicarles solamente el sentido que pienso dar a estetítulo, y el modo como espero cumplir con él. Sin embargo, tengo primero que presentarme, pese a que la mayoría de ustedes me conoce -aunque no todos- pues, dadas las circunstancias, me parece apropiado introducir un punto previo al tratamiento del tema: ¿qué me autoriza a hacerlo? Me autoriza a hablar aquí ante ustedes sobre este tema el que sepan de oídas que durante diez años dicté lo quellamaban un seminario, dirigido a psicoanalistas. Como algunos saben, renuncié a esta función -a la que había de veras dedicado mi vida- debido a acontecimientos sucedidos dentro de lo que se llama una sociedad psicoanalítica, y justamente la misma que me había confiado dicha función. Se podría sostener que ello no pone en entredicho mi calificación para cumplir en otra parte esta función. Considero,sin embargo, este asunto como provisionalmente en suspenso. Y si hoy dispongo de los remedios para poder, digamos solamente, dar continuación a esta enseñanza que fue la mía, se impone que, antes de abrir lo que se presenta entonces como una nueva etapa, comience por dar las gracias al señor Fernand Braudel, presidente de la Sección de la École des Hautes Études que me ha delegado ante ustedes. Elseñor Braudel, debido a un impedimento, me expresó su pesar de no poder estar presente en el momento en que le rindo este homenaje a él, como también a lo que llamaré la nobleza con la que quiso poner coto en esta ocasión a la situación de carencia en que me hallaba respecto a una enseñanza de la que, en suma, sólo conocía el estilo y la reputación, a fin de que no quedase yo pura y simplementereducido al silencio. Y de nobleza se trata, precisamente, cuando el asunto es dar acogida a alguien en mi posición: la de un refugiado. Se àpresuró en hacerlo acicateado por la vigilancia de mi amigo Claude Lévi-Strauss, cuya presencia aquí me regocija, y que sabe muy bien cuanto aprecio este testimonio de la atención que presta a un trabajo, el mío, a lo que en él se elabora en correspondenciacon el suyo. Quiero también dar las gracias a todos los que en esta ocasión me mostraron su simpatía, extensibles a la complacencia con la que el señor Robert Flacelière, director de la École Normal Supérieure tuvo a bien poner a la disposición de la École des Hautes Études esta sala, sin la cual no sé cómo hubiese podido recibirlos, habiendo venido tantos, lo cual les agradezco de todo corazón....
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