Los buques suicidantes

Páginas: 5 (1166 palabras) Publicado: 20 de febrero de 2012
Horacio Quiroga
LOS BUQUES SUICIDANTES

Resulta que hay pocas cosas más terribles que encontrar en el mar un
buque abandonado. Si de día el peligro es menor, de noche no se ven ni
hay advertencia posible: el choque se lleva a uno y otro.

Estos buques abandonados por a o por b, navegan obstinadamente a favor
de las corrientes o del viento, si tienen las velas desplegadas.
Recorren asílos mares, cambiando caprichosamente de rumbo.

No pocos de los vapores que un buen día no llegaron a puerto, han
tropezado en su camino con uno de estos buques silenciosos que viajan
por su cuenta. Siempre hay probabilidad de hallarlos, a cada minuto.
Por ventura las corrientes suelen enredarlos en los mares de sargazo.
Los buques se detienen, por fin, aquí o allá, inmóviles para siempre
enese desierto de algas. Así, hasta que poco a poco se van
deshaciendo. Pero otros llegan cada día, ocupan su lugar en silencio,
de modo que el tranquilo y lúgubre puerto, siempre está frecuentado.

El principal motivo de estos abandonos de buque son sin duda las
tempestades y los incendios que dejan a la deriva negros esqueletos
errantes. Pero hay otras causas singulares entre las que sepuede
incluir lo acaecido al _María Margarita_, que zarpó de Nueva York el
24 de Agosto de 1903, y que el 26 de mañana se puso al habla con una
corbeta, sin acusar novedad alguna. Cuatro horas más tarde, un
paquete, no teniendo respuesta, desprendió una chalupa que abordó al
_María Margarita_. En el buque no había nadie. Las camisetas de los
marineros se secaban a proa. La cocina estaba prendidaaún. Una
máquina de coser tenía la aguja suspendida sobre la costura, como si
hubiera sido dejada un momento antes. No había la menor señal de lucha
ni de pánico, todo en perfecto orden; y faltaban todos. ¿Qué pasó?

La noche que aprendí esto estábamos reunidos en el puente. Ibamos a
Europa, y el capitán nos contaba su historia marina, perfectamente
cierta, por otro lado.

Laconcurrencia femenina, ganada por la sugestión del campo de batalla
presente, oía estremecida. Las chicas nerviosas prestaban sin querer
inquieto oído a la voz de los marineros en proa. Una señora recién
casada se atrevió:

--¿No serán águilas?...

El capitán se sonrió bondadosamente:

--¿Qué, señora? ¿Aguilas que se lleven a la tripulación?

Todos se rieron y la joven hizo lo mismo, un pocoavergonzada.

Felizmente un pasajero sabía algo de eso. Lo miramos curiosamente.
Durante el viaje había sido un excelente compañero, admirando por su
cuenta y riesgo, y hablando poco.

--¡Ah! ¡si nos contara, señor!--suplicó la joven de las águilas.

--No tengo inconveniente--asintió el discreto individuo.--En dos
palabras--y en los mares del norte, como el _María Margarita_ delcapitán--encontramos una vez un barco a vela. Nuestro rumbo--viajábamos
también a vela--nos llevó casi a su lado. El singular aire de abandono
que no engaña en un buque, llamó nuestra atención, y disminuímos la
marcha observándolo. Al fin desprendimos una chalupa; abordo no se halló
a nadie, y todo estaba también en perfecto orden. Pero la última
anotación del diario databa de cuatro días atrás, de modoque no
sentimos mayor impresión. Aún nos reímos un poco de las famosas
desapariciones súbitas.

Ocho de nuestros hombres quedaron abordo para el gobierno del nuevo
buque. Viajaríamos de conserva. Al anochecer nos tomó un poco de
camino. Al día siguiente lo alcanzamos, pero no vimos a nadie sobre el
puente. Desprendióse de nuevo la chalupa, y los que fueron recorrieron
en vano el buque: todoshabían desaparecido. Ni un objeto fuera de
lugar. El mar estaba absolutamente terso en toda su extensión. En la
cocina hervía aún una olla con papas.

Como ustedes comprenderán, el terror supersticioso de nuestra gente
llegó a su colmo. A la larga, seis se animaron a llenar el vacío, y yo
fuí con ellos. Apenas abordo, mis nuevos compañeros se decidieron a
beber para desterrar toda...
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