Los ciudadanos anónimos de 1810 también son historia de argentina
En esa ciudad de comienzos del Siglo XIX, cada vendedor callejero tenía su fórmula para llamar la atención de las dueñas de casa o sus criados, por donde ibantransitando con sus mercancías a cuesta o en los lomos de caballos o mulos.
“Leche recién ordeñada / leche espumosa para usted, / mi linda moza” recitaba galante el lechero. “¡Pasteles calentitos / hoy nopodían faltar / pa' los mozos y mocitas / que han venido a festejar!” decían las pasteleras. Más atrás, entrando a la que sería la Plaza de Mayo, llegaba el canto de la mazamorrera mulata… “Mazamorradorada / para la niña mimada, / mazamorra caliente / para la abuela sin diente”.
Muchos de esos vendedores habían “acomodado” su pregón al momento que se vivía. Es el caso del `escobero´ que ofrecíasu mercancía con un “¡Escobas y plumeros / con plumitas de avestruz! / Limpia la casita / con aire de libertad”. Más atrás llegaba otra mulata con su mercancía, que ofrecía con mucha gracia: “Yo soyla negra, / tengo empanadas / que a ustedes / han de agradar. / A esta morena / nadie la iguala / en el oficio / de cocinar”.
Del lado opuesto al de los otros vendedores, del lado del Río de laPlata, venían otros serviciales repartidores y trabajadores. Con sus bueyes tirando del carro cisterna, un canto cristalino como el producto traía un mocetón, con voceo alto: “Soy el aguatero; / repartoel agua / que al gran río / voy a buscar. / Es agua dulce / para lavarse, / preparar mate / y amasar”. Por las mismas calles, salvando la cuesta de las barrancas, se oía a otra profesionalindispensable, la lavandera: “Voy caminando al río / para lavar su ropita, / verá linda señora / cómo queda blanquita”.
Finalmente, cuando caía la noche y como un elemento más de la cultura hispánica, farol...
Regístrate para leer el documento completo.