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Páginas: 24 (5902 palabras) Publicado: 4 de marzo de 2014
COMISIÓN TEOLÓGICA INTERNACIONAL LA CONCIENCIA QUE JESÚS TENÍA DE SÍ MISMO Y DE SU MISIÓN
Cuatro proposiciones con comentarios (1985)
1. Nota preliminar, por Mons. Ph. Delhaye
La sesión plenaria de la Comisión teológica internacional de 1985 (2-7 de octubre) ha permitido dar la última mano al texto de eclesiología y proceder a su tercera votación estatutaria. Pero ha estado, sobre todo,consagrada al estudio de ciertos aspectos de «la ciencia» o «ciencias» de Cristo Jesús. Estas difíciles cuestiones teológicas habían sido abordadas desde el principio del tercer quinquenio (1980-1985). El estudio de los problemas eclesiológicos había hecho aparecer un nuevo aspecto de la investigación teológica y pastoral actual: ¿cómo hay que presentar a los cristianos de hoy la conciencia que Jesús hatenido de ser el Hijo de Dios y de fundar la Iglesia, la «comunión» que él rescataba con su sangre?[1]. No se trata sólo de un problema de escuela. El gran público cristiano interpela hoy a los teólogos y a los Pastores a este propósito.
Un nuevo proyecto de investigación fue así puesto en marcha desde 1983 para clarificar dos problemas: ¿cuál es el contenido de «las ciencias-conocimientos» deCristo, Dios y hombre?, ¿cuál es el estatuto psicológico de éstas? Para retomar la antigua terminología técnica, se ha podido decir: «quid scitur a Iesu Christo?»; «quomodo haec cognoscuntur a Verbo Incarnato?» (Traducción libre de Fray Emmanuel Santos “¿Qué se conoce de Cristo?; ¿Cómo es que conocemos eso de Cristo?”. Este trabajo fue confiado a una subcomisión que tuvo múltiples reuniones. ElR.P. Christoph Schönborn, profesor en Friburgo de Suiza, era su presidente. Los miembros de la subcomisión eran los profesores F. Gál, W. Kasper, C. Peter, C. Pozo, B. Sesboüé y J. Walgrave. Los Excmos. Sres. J. Medina Estévez y B. Kloppenburg, y el R.P. J. Thornhill, miembros de la Comisión teológica internacional, contribuyeron también a la redacción del primer texto que fue sometido a discusiónen la plenaria del mes de octubre de 1985[2].
Sin embargo, para llegar a este resultado, en un final de quinquenio un poco agobiado, había sido necesario reducir el proyecto inicial. Así, el texto acabado y votado por los miembros de la Comisión Teológica Internacional se limitaba a la primera de las dos cuestiones propuestas, un «quid» solamente, y deja a investigaciones ulteriores los «quomodo».No se encontrarán, por ello, aquí exposiciones sobre las ciencias divina, infusa, humana, mística o profética del Verbo Encarnado. Estos temas han sido ciertamente estudiados, pero a la Comisión Teológica Internacional ha faltado tiempo para confiar aportar respuestas que sean, a la vez, conformes con la Doctrina de la Iglesia y con las investigaciones que tantos teólogos y filósofos cristianoshan conducido sobre este tema desde comienzos de siglo. Por el contrario, ha parecido oportuno, si no necesario, reafirmar los datos de la Fe, de la Revelación y de la Tradición sobre algunos puntos esenciales: ¿qué conciencia tenía Jesús de su persona, de su misión, del reino que concretizaba en una Iglesia que es, a la vez, una comunión de hombres terrestres y el «reino de los Cielos», el reinode Dios, el Cuerpo Místico en que participan, de modo diferente pero real, todos los fieles estén en la condición carnal y en el tiempo humano, o en la vida con Dios y en el «eón» divino y eterno?

A esta expresión de su fe, que es la de la Iglesia, los miembros de la Comisión Teológica Internacional han querido dar un carácter sistemático. Por ello, la doctrina ha sido repartida en cuatroproposiciones esenciales. El comentario que había que dar de ellas, se sitúa, ante todo, en el plano de la gran Tradición de la Iglesia, que se expresa en la Sagrada Escritura y en la enseñanza del Magisterio. En un tiempo en que, como decíamos, ciertos cristianos se preguntan qué es necesario creer todavía, los miembros de la Comisión Teológica Internacional aportan la respuesta de la Tradición...
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