Maco

Museo de Arte Contemporáneo de Oaxaca, 20 años
De todas las conmemoraciones que se celebran este año en la ciudad de Oaxaca, que son muchas –y que van desde la adquisición de título de ciudad hastael paso de un novelista inglés que cambió la percepción del mezcal–, la que guarda el afecto más íntimo es la del XX aniversario del Museo de Arte Contemporáneo de Oaxaca. Acompañante de las recientesgeneraciones de artistas, tanto de los que han crecido junto con él como de los que terminaron de fraguar sus intenciones, poner en perspectiva su presencia en Oaxaca, desde la fundación hasta estedía, nos refiere a una impronta muy singular. Aunque 20 años son pocos para una institución museística, por un lado, su “corta edad” lo convierte en un interlocutor fresco y amable, en un escuchatodavía dispuesto. Pero también, extenderse en las consideraciones sobre la edad no revelaría del todo cuán profunda es su impronta. Parece preferible indagar en herencias más profundas, en la genealogía conla que nos conecta, en los trazos que extiende hacia ha nuestro pasado, además de los que nos sitúan el presente y los que tiende hacia el futuro. Estás líneas nos permiten rastrear lo que haconformado nuestra identidad y lo que probablemente la transforme.
Este último lustro resultó ser por demás generoso para la salud del MACO, pues le sirvió para renovarse en áreas que por diversascircunstancias no habían logrado afinarse del todo y que ahora lo proyectan en el futuro más próximo con el ánima y el cuerpo refrescados. Me refiero particularmente a los trabajos que se realizaron pararobustecer su carácter institucional y también a las reformas físicas que se verificaron como una serie de ajustes necesarios para atender a las posibilidades con las que se despliega el arte actual. Unejemplo de la primera faena es la consolidación de la sede de la Bienal Rufino Tamayo en la emisión más reciente, que siendo el más importante de los certámenes mexicanos en la disciplina de...