Manlio Argueta y Claribel Alegría
En España fue el caso de Miguel Hernández y García Lorca; en América Latina, el de Otto René Castillo, IberoGutiérrez, Javier Heraud, Ricardo Morales, Leonel Rugama, Francisco Urondo y también Roque Dalton.
Sin embargo, ese justo rescate de una actitud coherente y valerosa, corre el riesgo, sobre todo en esteúltimo caso, de opacar otro rasgo primordial, por cierto no tan frecuente en la poesía latino-americana: el ejercicio del humor.
En el caso de Roque Dalton, más que hablar de humor en poesía, habríaque hablar de humor poético. En poetas como Huerta o Nazoa es dable detectar el humor casi en estado de pureza, y debe reconocerse que esa limpidez consolida su eficacia y ayuda grandemente a que ellector asimile o adivine el contexto poético que rodea aquel chispazo.
Roque en cambio elabora poéticamente el humor; lo convierte en poesía antes de soltarlo sobre la página. Desde su primer libro,La ventana en el rostro, habla de" los pobres locos que hasta la risa confundimos / y a quienes la alegría se de lágrimas". Y allí también admite:"Está uno y su cara. Uno y su cara / de santónfarsante".
Este poeta, que en el trato personal era un fabuloso narrador de chistes (los coleccionaba, casi como un filatélico), nunca llevó a su poesía la broma en bruto, sino la metáfora humorística, quepor cierto no siempre era sencilla o fácilmente asimilable, ya que por lo común estaba rodeada de resonancias culturales.
Cuando menciona, por ejemplo, que" las hojas se secaron entre las obras deKipling" o en el brevísimo" Después de la bomba atómica", cuando se pregunta:"Polvo serán, mas ¿polvo enamorado?", el humor se da en un ámbito de cultura, sin el cual perdería su efecto.
Esta...
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