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Derecho, orden y ordenamiento
2.1. La civilización como sistema sinergético de órdenes
Tratemos de ubicarnos mentalmente, usando del recuerdo o la imaginación, frente a las ruinas del Foro Trajano en Roma. O si se prefiere ante las jesuíticas de la provincia de Misiones, en nuestro país, la Argentina. Con los ojos físicos no vemos otra cosa que piedras. Sin embargo, nos impresionan. Pero loque nos impresiona no son las piedras visibles sino lo invisible que testimonian. Algo que una vez estuvo allí pero que ahora no está. Solemos llamar a esos fragmentos de muros, columnas, edificios y cimientos, “restos” de una ciudad e incluso de una civilización desaparecida. No se fuerzan demasiado las cosas si decimos que vivimos una impresión semejante cuando estamos ante un cadáver. El cuerpocadavérico puede ser relativamente reciente o muy antiguo. Son siempre “restos” humanos. La muerte se hace patente en el acto mismo por el hecho de que “algo” desaparece de lo que hasta ese momento era un hombre vivo. Algo que por su ausencia del cuerpo físico, quizá completo y armonioso hasta momentos antes, se convierte en los “restos” de alguien. Sin entrar en lo que para el hombre ha sido ysigue siendo un enigma –el misterio de la vida– podemos sostener que ambos tipos de restos –los de la ciudad muerta y el cadáver– tienen algo en común: son lo que son porque en ellos cesó la vida humana. Y esta vida es, en ambos casos, manifestación del espíritu del hombre. Dicho en forma harto breve, el espíritu es una potencia capaz de proponerse metas con capacidad de lograrlas efectivamente.Muy a menudo se trata de metas que contradicen exigencias de potencias materiales a las que tiene que vencer y dominar. La vida espiritual -manifestación de la esencia del hombre individual- es de evidencia innegable. Sin embargo, es cosa probada que la total vida espiritual no es nunca cosa exclusiva del individuo, por más perfilada que fuera su individualidad en cuanto persona. Hay una esferaespiritual común, manifestada en convicciones, valoraciones, tendencias, juicios y prejuicios, saberes y errores, formas de vida y de expresiones colectivas, dentro de la cual y gracias a la que se desarrolla el espíritu de los individuos. Este espíritu común al que Hegel denominó “espíritu objetivo” y Rudolf Steiner “alma del pueblo”, es una totalidad unitaria real, y como tal sujeta a evoluciónhistórica. Proviene de los individuos en tanto miembros en múltiples y recíprocas relaciones, que dan lugar al todo social que precede y sobrevive a cada individuo en tanto tal. Se trata de un ente enigmático, oculto a la visión simple, con raíces insondables y cuya consistencia es cosa difícil de comprender. Sin embargo, su existencia no es discutible. En

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Universidad Virtual de Quilmesesta potencia tienen su origen formaciones sociales que conocemos como lenguaje, religión, arte, ciencia, moral social, costumbre, política, economía y derecho. Se comprende por qué aquellos restos citados al comienzo nos impresionan. Testimonian la presencia de un espíritu objetivo que una vez -mediante aquellas formaciones– ordenaba la vida de los individuos de aquella sociedad. Evitamos aquíplantear cuestiones metafísicas, tan difíciles como inevitables, porque no es este el lugar para tratarlas. Pero hay que ser claro y categórico, en actitud de reconocer su existencia, cuando vivimos en un mundo cultural que de muchas maneras parece dispuesto a negar la potencia de lo espiritual como hecho raigal de la cultura y de la persona individual. Reconocida la existencia de esas formaciones delespíritu objetivo en constante y dialéctica relación con el espíritu de los individuos que integran determinada sociedad humana, se plantean hondas cuestiones. Los siempre presentes problemas de saber algo en torno al ser y al modo de ser de aquellas formaciones, las relaciones que ellas guardan entre sí, su eficacia sobre el espíritu y las conductas individuales, así como la mutación a que...