Martí

Martí
Má x imo Góme z
Fue José Martí muy poc o cono c i d o de sus
c o m p a t r i o t a s , l o s c u b a n o s , e n e l v e r d a d e r o , e s p l e n d o r o s o
apogeo de su g l o r i a . L a v e r d a d s e a d icha: yo no he
c o n o c ido otro igual en má s d e t r e i n ta anos que me
e n c u e n t r o a l l a d o d e l o s c ubanos en su l u c h a p o r l a
i n d e p e n d e n ci a d e l a p a t r i a .
M a r t í f u e a d m i r a d o c a r i ñ o s a m e n t e e n l a t r i b u n a , d e s d e
d o n d e f l a g e l ó s i e m p r e a l a t i r a n í a y s e h i z o a m a r p o r e l
p u e b l o , c u y o s d e r e c h o s d e f e n d í a c o n t e s ó n i n c a n s a b l e .
.
Desde allí, al decir de muchos criollos y extraños, se hizo un hombre notable.
Supo buscaren el libro y el periódico los mejores y más cariñosos factores
poniéndolos al lado del obrero cubano en el taller del trabajo. Para que se
instruyera, principalmente, en el amor a las cosas de la patria. y se sintiera
después bien hallado con la nueva sociedad que debía venir; creándose de este
modo la República por el pueblo y para el pueblo. Predicó la escuela como la
panacea que curarátodos nuestros males como consecuencia de una vida
anterior de atraso crudísimo, de privilegios y obscurantismos. Aún siendo un niño
se encaró contra el poder usurpador de los derechos de su patria, y por eso pagó
llevando un grillete al pie, pues buen cuidado había de tener la tiranía de apagar
en Cuba toda lámpara que, como Plácido pudiese dar algún destello de luz.
Siempre lo fue Martí, ensuma: altivo, rebelde contra todas las tiranías y
usurpaciones.
En hora buena, todo eso es espléndido y edificador, sublime si se quiere; pero
Martí no debió tener necesidad de hacer grandes esfuerzos para llenar esa
misión que él mismo se había impuesto. Para aquel cerebro, dotado de recursos
intelectuales, y para aquel hombre de gran corazón, debemos presumir que no
era una empresa queofreciese grandes dificultades para vencer.
El atrevimiento era mesurado, se tenía que contar con el tiempo y esperar que la
semilla fructificara nuevamente, después de tantos fracasos. La esperanza no
había muerto en el corazón del pueblo, y Martí. hombre de penetración
comprendió eso y en esa grande y sólida base apoyó el extremo de su palanca.
Caminos en la lengua de Martí
Juan MarinelloEstá haciendo falta un estudio a fondo del lenguaje de José Martí. El gran lenguaje
es el gran escritor. Pienso al decir esto, en un análisis muy responsable y muy
sensible, muy científico y muy artístico, que vaya desde el vocabulario y la sintaxis
hasta sus preferencias idiomáticas y su sentido creador de la palabra. Gramática,
filología, filosofía.
Que existen altos y cuantiosos obstáculospara tal estudio está bien a la vista. En
José Martí, como se sabe, la fuerza de creación, siempre producida por cauces
sensibles y generosos, aparece como un impulso vencedor a cuyo servicio se
pone la palabra. Nuestro batallador elocuente ofrece el espectáculo de señorear la
lengua como instrumento dócil a sus ímpetus, objetivos y propósitos. Pero ocurre
que la lengua recobra a la vez, bajosus manos, una como vida autónoma, como
clamorosa hazaña independiente. Dije alguna vez que en Martí el idioma
desempeña ese papel de la pincelada en ciertos cuadros famosos: que contribuye
a integrar el gran conjunto, el gran mensaje, pero cuando aislamos con ahincada
atención la pincelada -la pincelada, que es como la frase de la pinturadescubrimos
que tiene calidades en sí misma queconstituye un hecho artístico
particular y considerable. Es por ello que me atreví a afirmar que el lenguaje llega
en Martí a la categoría de protagonista. Y eso se ve más claro cuando recordamos
que en Martí hay el magisterio de la conducta y el magisterio del patriotismo, pero
también el magisterio del escritor.
El caso singular, la genial ocurrencia de un artista poseedor de tantas fuerzas...