Matematicas

El asesino de la noche

La televisión rugía a todo lo que daba, aunque solo yo la escuchara. Dios, como odio estos “restaurantes” donde hacen todo lo posible para que uno no pueda relajarse. La noticia ni siquiera era nueva, la guerra civil a todo lo que daba. ¿Millón y medio de muertos? ¡Pero si ayer la cifre apenas llegaba al millón! La verdad, me sentía ligeramente culpable; no por haberhecho mi trabajo, porque alguien tenía que hacerlo, sino por el resultado. Soy un asesino a sueldo, a mí no se me puede achacar la culpa de que las reacciones se hayan desbordado o que ese asesinato desatara una guerra. Eso es para los estúpidos que me contrataron. De cualquier manera, los recuerdos son inevitables, y al final, pese a mi inocencia en ese sentido, es imposible olvidar como todoel trabajo se echó a perder al final.
Cuando me contrataron para encargarme de “El Juez”, contaba yo con 16 años. Ya había empezado con mi prolífica carrera como asesino, y hasta era conocido en la zona como “el asesino de la noche”. Ese había sido mi mayor triunfo, porque yo mismo había decidido que ese sería mi pseudónimo. Atacaba siempre de noche, obviamente, pero además siempre con unagabardina con capucha negra y una máscara para no ser reconocido. Muy teatral, lo sé, pero siempre hay dos caminos para la gloria, o te vuelves famoso matando grandes cantidades de personas, o lo haces de un modo que llame la atención, que la gente no pueda ignorar. Como mi narcicismo siempre ha sido mayor a mi sed de sangre, no había ninguna duda del camino que iba a escoger.
Por si fuera poco,mi vida fuera del asesinato no era del todo mala. Si bien no tenía familia o algo que se le pareciera, y había crecido en las calles del barrio bajo de la ciudad, el asesinato me había sacado de la indigencia a ser uno de los jóvenes más ricos de la ciudad, y, aparte, era y sigo siendo bastante atractivo, aunque sea yo quien lo diga. La naturaleza tuvo a bien darme una piel clara que el sol sedecidió a colorear un poco, unos ojos azules que, según me han dicho pueden hipnotizar, y un cabello negro y lacio para enmarcarlos. Así que matar me dio riqueza, pero más que eso me dio poder. Eso lo agradecí más que nada; mis viejos amigos de las calles la mayoría han muerto, otros muchos están en la cárcel, pero los más atractivos han terminado más tarde o más temprano vendiendo su dignidad(entre otras cosas), por unas cuantas monedas, un espectáculo por demás lamentable.
De acuerdo, yo me vendí a los doce, pero las dos veces maté al comprador y eso fue el inicio de mi fulgurante carrera donde, además, no era un simple sicario. Ricos y famosos, pero especialmente gente problemática eran mis víctimas. Como lo dije, teatralidad. ¡El gran, el justiciero, la mano oculta de lajusticia, el GRAN ASESINO DE LA NOCHE! Pero bueno, esto no es la historia de mi vida. No estoy en mi lecho de muerte, ni me interesa ser redimido de crímenes por los que no siento ningún remordimiento. Escribo esto porque ahora todos me buscan. Olfatean como perros en busca de mi rastro, y todos, tanto el gobierno como los rebeldes, como incluso aquellos que no tienen vela en el entierro, todosquieren matarme.
Son unos tontos. No saben quién soy, no saben dónde vivo, lo único que saben es que me infiltré en el grupo de estudiantes que El Juez buscaba convertir en su fiel séquito de seguidores y en las cabezas del gobierno que encabezara en su día. Saben que me descubrió e intento matarme, y sabes que, al final, ese se ha convertido en el único asesinato que he cometido a plena luz deldía. En la plaza de armas de la Libertad Alada. No me encontrarán en algún tiempo, y puede que nunca lo hagan, pero nunca está de más dejar por escrito, para quien realmente busque la verdad, la imagen de las cosas como yo las viví. Las diversiones, las tensiones, el amor, el odio y el terror vivido en el Instituto Clermont de Educación Avanzada, al cual, curiosamente, ingresé por accidente....