Medicina Prehispanica Y Mas
Páginas: 9 (2184 palabras)
Publicado: 13 de octubre de 2012
La medicina prehispánica
Autor: Francisco Guerra, Catedrático de Historia de la Medicina de la Universidad de Alcalá de Henares
Publicado en: Ediciones Especiales (No. 12) México
14 de septiembre de 1992
La peste, sin ser enfermedad "nueva" en el Renacimiento, se reactivó de forma epidémica con los movimientos de los ejércitos por Europa, pues como ocurrió durante los asedios de Carlos V aMetz y Antwerpen, causó enormes bajas en los soldados y las ciudades sitiadas. Apareció una vez más en Alemania a partir del año 1500 y en España, Pedro de Cartagena publicó en 1522 un método preservativo, al que siguió un tratado de Luis de Lucena en 1523 y muchos otros, entre los que sobresalen las excelentes descripciones clínicas de A. Lagnua en 1542 y 1556, la de L. Lobera de Ávila en 1542,la Información y Curación de la Peste de Zaragoza, de Juan Tomas Porcell (1528-1580), en que aparecen las primeras autopsias con informes anatomo-patológicos, culminando los estudios clínicos y sanitarios con L. Mercado en el libro Naturaleza, causas, providencias... y de modo de curar la peste de 1559, impreso en latín en 1598 por encargo de Felipe II, ante la reintroducción de la peste por lospuertos del Cantábrico.
La fiebre fue un síndrome que comenzó a ser estudiado sistemáticamente por los clínicos Españoles más de un siglo antes de que lo intentara T. Sydenham en 1676 y más de tres, antes de que lo analizara C. Wunderlich en 1868. Gómez Pereira, en la Nova veraque medicina experimentis, de 1558, revisó las ideas de Galeno acerca de la esencia, causas y especies de la fiebre,afirmando que no se diferenciaba del calor natural, salvo en su intensidad, y lo interpretó como un esfuerzo de la naturaleza para restablecer la salud, ya que dividió las fiebres en efímeras, pútridas y hécticas. Continuó el estudio de la fiebre Fernando Mena (1520-1585), catedrático de Alcalá y médico de Felipe II, con el Medthodus febrium en 1568, al que siguió F. Valles, entonces joven catedráticode prima en Alcaló con su Commentaria in libros Galeni de differantia febrium, en 1569, y Pedro Mercado, el catedrático de Granada, con De febrium differentis, en 1581; pero, el texto más sólido de su tiempo fue De febrium asentía, defferentis, causis, dignotione et curatione, de Luis Mercado, médico de Felipe II, e impreso en 1586. Trata en él de la naturaleza de la fiebre, de sus diferentesformas y causas, de las efímeras, las hécticas, las pútridas y las pestilentes, proporcionando datos clínicos como es el caso de las tercianas, que aún tienen vigencia.
La naturaleza de la fiebre en esos estudios estuvo bien orientada como respuesta orgánica e, igualmente, fue sólida su clasificación según los caracteres clínicos. En aquellos años, la doctrina de las enfermedades infecciosas fijabasu causa en las emanaciones miasmáticas y hubo que esperar tres siglos para confirmar el diagnóstico clínico con el agente etiopatogénico. El dominio de los textos clásicos, principalmente, los de Hipócrates, Galeno y Avicena, al acervo de observaciones clínicas y la experiencia epidemiológica observada en aquellos tiempos, hizo que la magra herencia medieval de síndromes existentes en el umbraldel Descubrimiento, fructificara en textos médicos que constituían auténticas enciclopedias clínicas. La primera y la mejor fue la Opera Omnia, de Luis Mercado (1525-1611), catedrático de Valladolid, médico de Felipe II, Felipe III y la reina Margarita de Austria. Su obra editada entre 1594 y 1613, por la que recibió título de "Santo Tomas de la Medicina" -pues es la summa de todo lo que entoncesse conocía-, reconstruye el conocimiento médico tradicional y aporta observaciones propias y publicadas en su tiempo. En su mayoría, las ediciones aparecieron en cuatro partes: en la primera se explican cuestiones generales siguiendo las ideas de Galeno y trata de la anatomía, la fisiología, la higiene y la patología general; no está libre de errores, pues respecto de la circulación sanguínea aun...
Autor: Francisco Guerra, Catedrático de Historia de la Medicina de la Universidad de Alcalá de Henares
Publicado en: Ediciones Especiales (No. 12) México
14 de septiembre de 1992
La peste, sin ser enfermedad "nueva" en el Renacimiento, se reactivó de forma epidémica con los movimientos de los ejércitos por Europa, pues como ocurrió durante los asedios de Carlos V aMetz y Antwerpen, causó enormes bajas en los soldados y las ciudades sitiadas. Apareció una vez más en Alemania a partir del año 1500 y en España, Pedro de Cartagena publicó en 1522 un método preservativo, al que siguió un tratado de Luis de Lucena en 1523 y muchos otros, entre los que sobresalen las excelentes descripciones clínicas de A. Lagnua en 1542 y 1556, la de L. Lobera de Ávila en 1542,la Información y Curación de la Peste de Zaragoza, de Juan Tomas Porcell (1528-1580), en que aparecen las primeras autopsias con informes anatomo-patológicos, culminando los estudios clínicos y sanitarios con L. Mercado en el libro Naturaleza, causas, providencias... y de modo de curar la peste de 1559, impreso en latín en 1598 por encargo de Felipe II, ante la reintroducción de la peste por lospuertos del Cantábrico.
La fiebre fue un síndrome que comenzó a ser estudiado sistemáticamente por los clínicos Españoles más de un siglo antes de que lo intentara T. Sydenham en 1676 y más de tres, antes de que lo analizara C. Wunderlich en 1868. Gómez Pereira, en la Nova veraque medicina experimentis, de 1558, revisó las ideas de Galeno acerca de la esencia, causas y especies de la fiebre,afirmando que no se diferenciaba del calor natural, salvo en su intensidad, y lo interpretó como un esfuerzo de la naturaleza para restablecer la salud, ya que dividió las fiebres en efímeras, pútridas y hécticas. Continuó el estudio de la fiebre Fernando Mena (1520-1585), catedrático de Alcalá y médico de Felipe II, con el Medthodus febrium en 1568, al que siguió F. Valles, entonces joven catedráticode prima en Alcaló con su Commentaria in libros Galeni de differantia febrium, en 1569, y Pedro Mercado, el catedrático de Granada, con De febrium differentis, en 1581; pero, el texto más sólido de su tiempo fue De febrium asentía, defferentis, causis, dignotione et curatione, de Luis Mercado, médico de Felipe II, e impreso en 1586. Trata en él de la naturaleza de la fiebre, de sus diferentesformas y causas, de las efímeras, las hécticas, las pútridas y las pestilentes, proporcionando datos clínicos como es el caso de las tercianas, que aún tienen vigencia.
La naturaleza de la fiebre en esos estudios estuvo bien orientada como respuesta orgánica e, igualmente, fue sólida su clasificación según los caracteres clínicos. En aquellos años, la doctrina de las enfermedades infecciosas fijabasu causa en las emanaciones miasmáticas y hubo que esperar tres siglos para confirmar el diagnóstico clínico con el agente etiopatogénico. El dominio de los textos clásicos, principalmente, los de Hipócrates, Galeno y Avicena, al acervo de observaciones clínicas y la experiencia epidemiológica observada en aquellos tiempos, hizo que la magra herencia medieval de síndromes existentes en el umbraldel Descubrimiento, fructificara en textos médicos que constituían auténticas enciclopedias clínicas. La primera y la mejor fue la Opera Omnia, de Luis Mercado (1525-1611), catedrático de Valladolid, médico de Felipe II, Felipe III y la reina Margarita de Austria. Su obra editada entre 1594 y 1613, por la que recibió título de "Santo Tomas de la Medicina" -pues es la summa de todo lo que entoncesse conocía-, reconstruye el conocimiento médico tradicional y aporta observaciones propias y publicadas en su tiempo. En su mayoría, las ediciones aparecieron en cuatro partes: en la primera se explican cuestiones generales siguiendo las ideas de Galeno y trata de la anatomía, la fisiología, la higiene y la patología general; no está libre de errores, pues respecto de la circulación sanguínea aun...
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