Mensaje Cristiano III

En estos momentos de increencia, el apostolado se hace una necesidad urgente. No podemos aceptar como normal esta situacin. Sin angustia, sin impaciencia, respetando los ritmos de cada persona y los tiempos de Dios, tenemos que sentir hoy la urgencia del apostolado. La confesin de fe se convierte en testimonio. Creer en Jess, amar a Dios y a Jesucristo, tiene que movernos a darlo a conocer delmejor modo posible a aquellos con los que compartimos la vida, el trabajo o las diversiones. En un mundo lleno de confusin tenemos que dar testimonio de la vida verdadera que Dios nos da por medio de Jesucristo y de la Iglesia. En estos momentos los cristianos somos especialmente responsables de conservar y difundir la vida verdaderamente digna del hombre. No podemos permitir que el laicismo, eldescreimiento, la transgresin se impongan como los verdaderos valores de nuestra vida y de nuestro futuro. No podemos aceptar que en una sola generacin se dilapide el patrimonio espiritual de nuestro pueblo, la claridad y el vigor de nuestra moral, la moral familiar, el respeto a la justicia, la veracidad en las relaciones sociales y la primaca del bien comn en las actividades polticas Al hablaras no estoy aorando tiempos pasados. No se trata de negar la libertad de las personas, ni de recurrir (en un proyecto imposible) a la coaccin poltica para imponer los modos cristianos de vida. Se trata ms bien de proponer la verdad cristiana a las personas, a las nuevas generaciones, de manera que cada uno, libremente, pueda acceder a la fe en Cristo y encontrar en Dios y en el propio Jesucristolas races de su vida y los modelos de su conducta. El evangelio sigue siendo necesario y sigue mereciendo un reconocimiento colectivo, aunque sea por otro camino, no por va de la imposicin coactiva, sino por la va de la libertad y del convencimiento. Al hablar del apostolado conviene recordar que la vocacin al apostolado es esencial a la vida cristiana, a la vida de todos los cristianos. Cada unover cmo puede hacerlo realidad. Existe el apostolado institucional, el apostolado de las parroquias, de las Delegaciones diocesanas, de las instituciones eclesiales de todas clases. En ellas colaboris muchos de vosotros. La participacin de los fieles cristianos cada vez es ms necesaria, en la vida parroquial, en las instituciones educativas, en el ejercicio de la caridad con los pobres y con losenfermos, en la creacin de una cultura adecuada al reconocimiento de Dios y de su santa ley que respalda y protege la dignidad de nuestra vida personal, familiar y social. Existe el apostolado asociado de los fieles laicos, muy recomendable para facilitar la buena formacin doctrinal y espiritual de los fieles y absolutamente indispensable para hacerse respetar y tener alguna eficacia en la vidasocial. Y existe el apostolado estrictamente personal, el apostolado boca a boca cada vez ms importante y ms necesario. Todos tenemos un lugar en esta hora de evangelizacin y recuperacin de la fe y de la vida cristina. Tenemos que estar convencidos de que el mejor servicio que podemos hacer a quienes queremos es ayudarles a conocer a Jess y vivir con El en la presencia del buen Padre Dios, en lacomunin fraternal que es la Iglesia. He aqu unos cuantos bienes que debemos anunciar y difundir 1, las certezas sobre Dios 2, el respeto de la moral 3, la valoracin personal y social del evangelio. Estas convicciones han sido la columna vertebral de la sociedad espaola y navarra, esta fe ha sido como el agua mansa y profunda que da fertilidad a nuestras tierras. Que Dios no permita que sepierda este patrimonio espiritual. De esta fe han nacido las convicciones y los valores espirituales y morales que han dado forma a nuestra vida y han sustentado nuestra vida personal, familiar y colectiva. Aunque cambien muchas cosas externas en nuestra vida, esta fe es capaz de continuar siendo el alma de nuestra vida y de nuestra sociedad. He aqu la llamada de Dios para esta hora, esta es nuestra...