Mesaminas a fermin toro
Fermín Toro murió en Caracas el 22 de diciembre de 1865, después de haber buscado en vano alivio a susdolencias, en la quinta de Anauco, propiedad del Marqués del Toro y soñada por Bolívar para descanso de su vida atormentada. Siempre estuvo pronto Juan Vicente González para elogiar y defender al grantribuno de la Convención de Valencia. Ahora, la muerte le pedía un nuevo tributo de lágrimas para el amigo, y una rama de acanto para su sepulcro. Es ésa la más personal de sus Mesenianas: con Torodesaparecía el más alto representativo de un período histórico que, al decir de Cecilio Acosta, había dado a Venezuela "días serenos, paz sabrosa y bellos anales". Juan Vicente González también lo sienteasí. La sombra de su juventud pasa derramando áloes en vez de las rosas de la primavera. A su conjuro comparecen sus compañeros de los primeros años de sueños y ambiciones: “¡Cagigal, García, Baralt!no es que crea que habríais cambiado los acontecimientos a haber vivido más. En el drama del tiempo tiene cada hombre su papel trazado de antemano, y cuando un actor desaparece es que nada tenía quehacer sobre la escena. Vuestra vida no habría detenido la República en su curso fatídico; la muerte os libró de más amargos desengaños. Pero ¿quiénes os sucedieron?... La yerba ha nacido y medra sobreel césped blando, y crece, para insultar vuestras tumbas la infausta espiga!".
En su definición de Toro como político parece que se auscultara sí mismo: "Toro era de esos espíritus ideales quesueñan hermosas teorías sobre el cabo de Sunium o en los jardines de la Academia". Y en su desesperación, a la luz de una luna que llena de hermosas claridades el paisaje nativo; sintiendo el contraste...
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