Mi cuento

El café.

Podría hablar de tantas cosas en estas blancas páginas con necesidad de tinta, pero esta vez me dedicaré al café por el simple hecho de que meencanta.
Por supuesto todos tenemos diferentes gustos: unos lo prefieren amargo, a otros les gusta más el café helado o con algún tipo de licor, y otrosimplemente prefieren el té (negro, azul, verde, ¿qué importa?). Pero cada vez que hablo de mi café favorito lo encuentran demasiado común: americano, cargado y conmucha azúcar (y no, no me importa si es caliente o frío porque me gusta de cualquier manera, aunque si tiene hielo prefiero evitarlo). No es sencillo deencontrar en un supermercado ni en una cafetería porque es hecho especialmente para mí. Lo tomo en cualquier momento del día, aunque me encanta durante una de esasfrías noches de invierno a las tres de la mañana cuando no puedo dormir y mejor aún si es en mi cama para así pasar tranquilamente el frío.
Quizás lo peor de estaadicción es que me provoca insomnio y al día siguiente no me puedo concentrar en lo que debería, aunque quizás, el problema está en que eso no me importaporque hasta el minuto, es mi adicción favorita a la cual, por cierto, todos tratan de encontrarle la gracia, lo miran y no pueden entender qué es lo que me gustatanto, pero los entiendo porque en un principio me pasaba lo mismo hasta que descubrí los escalofríos que me provoca, la forma en que me deja sin palabras ohablando incoherencias, la manera en que mis rodillas tiemblan y como mi corazón se acelera, porque sí, el café me encanta…
El café de sus ojos.