mi patria

Ajá (Luis Rafael Sánchez)
De un tiempo a esta parte en la patria en primorosa se utiliza la interjección ajá como respuesta a los Buenos días. Uno entra a cualquier lugar, procede a dar los Buenosdías, y le contesta la muy flaca interjección. Uno llama por teléfono a cualquier oficina, se asegura de dar los Buenos días previo a plantear el motivo de la llamada, y la persona respondientesuelta un ajá que deja perplejo. Da igual que la oficina pertenezca a la empresa privada o el servicio gubernamental, todas parecen operar bajo los efectos lacónicos de dicha palabreja. Diríase que elnuevo hit en el circuito de las comunicaciones sociales lo constituye tan inocua voz, compuesta más de gesto que de sonido. Otro tanto ocurre con la expresión de cortesía Gracias. En vez de contestárselasin inconveniente, con una de las dos oraciones que le sirven de contrapunto histórico desde que el mundo es mundo, A la orden y Por nada, hoy día se recurre a la relampagueante ajá.
  Una de dos: oel uso frecuente de ajá implica crisis en la educación casera o implica cicatería en los modales.
  Digo educación casera porque contestar los Buenos días, como dar las gracias a quien nos hace unfavor, no son materias por cuyo conocimiento deba responsabilizarse, también, a los maestros. Bastante faena tienen estos con hacer de tripas corazón y crear un clima de aprendizaje, ajeno a la zozobramoral que amenaza con trastocar, para siempre, el jardín de flores. Bastante faena tienen con venir obligados a detectar anorexias y bulimias, preñeces tempranas y tempranas adicciones. Es decir,obligados a encarar unos problemas ajenos a sus respectivas especialidades pedagógicas, problemas de la incumbencia de los padres. Que, día a día, con un desparpajo rayano en la desfachatez, desatiendenla educación casera o se lavan las manos a propósito de la misma.
  Digo cicatería en los modales porque el reconocimiento de la gentileza ajena, mediante un agradecido Muchas gracias, no supone...