Microcuento

Páginas: 7 (1575 palabras) Publicado: 23 de mayo de 2010
“El dinosaurio”
Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí. Augusto Monterroso..

El hombre invisible
Aquel hombre era invisible, pero nadie se percató de ello. Gabriel Jiménez Emán

CUENTO DE HORROR
La mujer que amé se ha convertido en fantasma. Yo soy el lugar de sus apariciones. Juan José Arreola

La ultima cena
El conde me ha invitado a su castillo. Naturalmente yo llevaréla bebida

“El drama del desencanto”
...el drama del desencantado que se arrojó a la calle desde el décimo piso, y a medida que caía iba viendo a través de las ventanas la intimidad de sus vecinos, las pequeñas tragedias domésticas, los amores furtivos, los breves instantes de felicidad, cuyas noticias no habían llegado nunca hasta la escalera común, de modo que en el instante de reventarsecontra el pavimento de la calle había cambiado por completo su concepción del mundo, y había llegado a la conclusión de que aquella vida que abandonaba para siempre por la puerta falsa v alía la pena de ser vivida.
Gabo Marquez xD

Golpe (Pía Barros, chilena)
Mamá, dijo el niño, ¿qué es un golpe? Algo que duele muchísimo y deja amoratado el lugar donde te dio. El niño fue hasta la puerta de casa.Todo el país que le cupo en la mirada tenía un tinte violáceo.

Realidad
Después de haber ganado un mundial de fútbol, llegar en primer lugar en una carrera de automóviles, ser el mejor bailarín, ganar una batalla en una misión de guerra y haber rescatado al mundo de un ataque extraterrestre, Juan se retira de los Juegos Electrónicos Diana para cumplir con sus papeleos del trabajo.-.- Fabían Rodríguez-.-

Borges y yo. Jose Luis Borges
Al otro, a Borges, es a quien le ocurren las cosas. Yo camino por Buenos Aires y me demoro, acaso ya mecánicamente, para mirar el arco de un zaguán y la puerta cancel; de Borges tengo noticias por el correo y veo su nombre en una terna de profesores o en un diccionario biográfico. Me gustan los relojes de arena, los mapas, latipografía del siglo XVIII, las etimologías, el sabor del café y la prosa de Stevenson; el otro comparte esas preferencias, pero de un modo vanidoso que las convierte en atributos de un actor. Sería exagerado afirmar que nuestra relación es hostil; yo vivo, yo me dejo vivir, para que Borges pueda tramar su literatura y esa literatura me justifica. Nada me cuesta confesar que ha logrado ciertas páginasválidas, pero esas páginas no me pueden salvar, quizá porque lo bueno ya no es de nadie, ni siquiera del otro, sino del lenguaje o la tradición. Por lo demás, yo estoy destinado a perderme, definitivamente, y sólo algún instante de mí podrá sobrevivir en el otro. Poco a poco voy cediéndole todo, aunque me consta su perversa costumbre de falsear y magnificar. Spinoza entendió que todas las cosas quierenperseverar en su ser; la piedra eternamente quiere ser piedra y el tigre un tigre. Yo he de quedar en Borges, no en mí (si es que alguien soy), pero me reconozco menos en sus libros que en muchos otros o que en el laborioso rasgueo de una guitarra. Hace años yo traté de librarme de él y pase de las mitologías del arrabal a los juegos con el tiempo y con el infinito, pero esos juegos son de Borgesahora y tendré que idear otras cosas. Así mi vida es una fuga y todo lo pierdo y todo es del olvido, o del otro. 
No sé cuál de los dos escribe esta página.

Preámbulo a las instrucciones para dar cuerda al reloj.
Julio Cortazar (micro-cuento)
Piensa en esto: cuando te regalan un reloj te regalan un pequeño infierno florido,una cadena de rosas, un calabozo de aire. No te dan solamente el reloj, que los cumplas muy felices y esperamos que te dure porque es de buena marca, suizo con áncora de rubíes; no te regalan solamente ese menudo picapedrero que te atarás a la muñeca y pasearás contigo. Te regalan –no lo saben, lo terrible es que no lo saben-, te regalan un nuevo pedazo frágil y precario de ti mismo, algo que es...
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